El análisis de Corchado, en términos futboleros:
le pidieron que revise el VAR de un partido jugado hace más de un año y medio por treinta mil dólares (cualquiera árbitro lo haría con sus dos asistentes por esa poca platita para tremendo partido definitorio), además sin complicaciones porque era a control remoto, además mirando solamente las jugadas que merecían tarjetas amarillas sacadas en la mitad de la cancha, no interesan las tarjetas rojas, las posiciones adelantadas que merecían anulación de goles, penales no cobrados y/o cualquier otra situación de riesgo.
Terminó analizando jugadas de un entrenamiento cualquiera.
El hombre , es decir Don Corchado confirma que es el inteligente verdaderamente artificial de una reconocida universidad de 800 años de existencia, con 30.000 estudiantes y cuatro unidades académicas en su provincia, comparativamente el 25% de la población estudiantil de la UAGRM.
Yo no soy acomplejado y estudié en San Simón y lo hice bien porque resulte además, bueno en lo mío y me siento orgulloso de ser cruceño, nacido en una ciudad más grande y próspera que Salamanca que se quedó en el tiempo.
La ciudad y la universidad no tienen la culpa de que un inteligente “artificial” se gane unos billetes a costa de su prestigio. Pero algo deberían decir.
Los “vivos” artificiales o no, nacen en cualquier parte
Fuente: Carlos Valverde Bravo