Sutilezas para “millennials”

La diferencia entre un cocalero de los Yungas y uno del Chapare es como la diferencia entre los verbos rallar y rayar.

Se ralla una yuca. También se la puede rayar pero sería inútil e insólito. Se raya una hoja de papel pero rallarla nunca, menos aún con un filo acero. Ambos verbos en la pronunciación de los más viejos están claramente diferenciados pero en los más jóvenes al pronunciar de la misma forma la “y” y la “ll” no se sabe si es el acto de usar un lápiz o un rallador.

En otras palabras, en el caso de los cocaleros y de los verbos es muy fácil confundirlos, se parecen en la denominación y no tanto en el uso final. Como en los verbos: un uso mancha y el otro despedaza. Es casi lo mismo pero no es igual. Finalmente en todos los casos en la confusión está el peligro.



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Alfredo Leigue