LA DIPLOMACIA VERSUS POLÍTICOS EMBAJADORES
👉 Blanca Elena Mercado , abogada
Artículo de opinion desde su face
Los diplomáticos
cumplen su función en el seno de la comunidad internacional, amparado en normas de reciprocidad entre Estados y bajo normas de Derecho Internacional; es también el representante de su gobierno ante el Estado en el que cumple funciones como diplomático.
La diplomacia ha sido definida como el arte y la técnica de las relaciones entre Estados soberanos; y también, como «el manejo de las relaciones internacionales mediante la negociación»; el método merced al cual se ajustan y manejan esas relaciones es por medio de embajadores o enviados por cada Estado con credenciales que acreditan su representativas del Estado SOBERANO. Así, pues, la negociación constituye la esencia de la función diplomática, su ratio essendi. La negociación es un aspecto de la política exterior, no su totalidad.
El diplomático vive la relación entre política exterior, como conducta general del Estado en el plano internacional, y negociación, en cuanto que hacer concreto de su competencia. La política exterior, que no viene dictada por el diplomático, constituye una función limitante respecto de la negociación, que compete al diplomático en cuanto función actuante o actualizante. Porque toda política exterior es política, mientras que el diplomático pertenece a la especie de los funcionarios o servidores del Estado. Aquí yace la fuente de graves conflictos personales en la vida del diplomático.
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La honestidad informadora es un problema de ética, no sólo individual, sino ante todo social, pues el diplomático es gestor de intereses generales del pueblo al que representa, por eso se exige buen comportamiento y profesionalismo.
La honestidad informadora presupone la honestidad intelectual. El diplomático está obligado a observar normas éticas y morales y a una conducta intachable, su idoneidad diplomática exige un alto grado de profesionalidad que le permita situarse en el justo medio de las relaciones entre su país y en el que es miembro de la diplomacia, exige un total dominio del derecho internacional y su aplicación en sus relacionamiento laboral.
La diplomacia doméstica del absolutismo político boliviano forjó nombramientos de funcionarios no idóneos con graves consecuencias para las relaciones interestatales; ocasionando daño en una época en la que requerimos de diplomáticos de profesión con capacidad de representación estatal, que le obliga e ser veraz ante su propio Gobierno y ante aquel ante el que está acreditado, el diplomático, de entre todos los oficios que uno puede imaginar sobre la tierra, es aquel que menos que ningún otro, puede permitirse mofas al menos si quiere ser un buen diplomático.
Ante la improvisación política de nombramientos a políticos en cargos consulares no así a diplomáticos de carrera, surgen problemas como el ocurrido en Paraguay, que obligó a sus legisladores decidir por la DECLARATORIA DE PERSONA NO GRATA al Embajdor Mario Cronembold, grave revés para la diplomacia boliviana.
Es imperativo nombrar verdaderos diplomáticos antes que políticos embajadores, retomando la academia diplomática dependiente de la Cancillería, y que sean los mejores calificados los que representen al país en el exterior, solo así evitaremos bochornos internacionales como el ocurrido en Paraguay.
Fuente: Ayyy Don Este