Una ministra con micrófono

Qué triste el papel que le han encomendado en el gobierno a la ministra de la presidencia María Nela Prada, pues no sólo la mandan a poner la cara, cada vez que sus jefes quieren ocultarla porque se sienten derrotados, sino que el otro día la enviaron a la zona de Senkata, en El Alto, a pronunciar uno de los discursos más vergonzantes y ruines que se hayan disparado en la historia de este país. Esperemos que no haya sido iniciativa de la funcionaria, porque la canallada es todavía peor.

La ministra se presentó en el lugar donde se produjeron los hechos más violentos de la crisis de 2019 y pidió perdón a nombre de los cruceños por la supuesta discriminación y resentimiento que la gente de estas tierras expresa hacia el resto del país. “Soy de Santa Cruz y la verdad es que muchas veces les pido perdón por lo que muchas hermanas y hermanos míos, cruceños, dicen. Todavía sembrando odio, racismo, generando desestabilización, violencia, queriendo generar confrontación, yo como cruceña les pido perdón”, fueron las palabras textuales de la dirigente, que seguramente no tiene idea del daño que causa con su desdichada intervención.

Lo interesante del caso es que la Prada habló en el mismo sitio y casi al mismo tiempo en el que se produjo un hecho lamentable el pasado jueves. En Senkata, un militar boliviano fue asesinado en una emboscada perpetrada por contrabandistas que controlan la zona y que gozan de la complicidad de las comunidades aledañas, que recurren constantemente a este tipo de actos violentos en contra de cualquiera que trate de poner orden. La ministra, que representa al Estado, antes que a los cruceños, que se debe a las leyes, antes que a los prejuicios, no dijo nada al respecto y tampoco se ha pronunciado posteriormente, pese a estuvo rodeada y se arrodilló ante quienes posiblemente se ríen de ella pensando en sus propias fechorías.



De hecho, en noviembre de 2019, habitantes de Senkata recurrieron a actos terroristas contra la planta de gas que existe en la zona, pero nada se dice de todo aquello porque no les conviene y prefieren victimizarse por cuestiones políticas. Podrán hacer todo lo que quieran, pedir que les paguen dinero de los contribuyentes por haber apoyado los planes macabros del cocalero, podrán construir monumentos y declarar héroes nacionales a los que quieran, pero lo que no se puede hacer y menos una ministra, es tomar el micrófono y despachar semejante discurso de odio contra toda una región, estigmatizar de manera tan descarada a los cruceños, señalar a la gente de este departamento como los enemigos del país. Una barbaridad que no se puede tolerar.

¿Qué quieren lograr con esto? ¿Hasta dónde quieren llegar? Ya dijeron que los cruceños no tienen patria, que son extranjeros en Bolivia ¿quieren desatar un guerra civil, quieren que toda Bolivia se vuelque en contra de Santa Cruz para destruirla y sacarla del mapa? No se puede entender otra cosa de semejante irracionalidad.

Fuente: Eduardo Bowles