Lucho, el odiador

Luis Arce pierde tiempo llamando fascistas a los cruceños. A los cambas nos han dicho de todo en casi dos siglos de vida republicana y nada ha conseguido frenar el desarrollo de esta región, que dicho sea de paso, está al servicio de todos los bolivianos, incluso de los que destilan odio contra este pueblo.

Ni siquiera el cocalero Morales,seguramente uno de los hombres más poderosos que ha existido en Bolivia, fue capaz de amilanar a los cruceños, a los que llamó oligarcas, vendepatrias, separatistas y terroristas. Arce no le llega ni a los talones a su jefazo, no tiene la más mínima credibilidad y lo único que conseguirá con sus insultos es generar más rechazo hacia él y más empatía de todos hacia Santa Cruz.

Precisamente esa debe ser la gran preocupación del MAS, pues en estos últimos 15 años, Santa Cruz ha alcanzado el liderazgo político de Bolivia, pese a que siempre decían que los cambas no saben nada de este asunto y que su única función es dedicarse a trabajar para alimentar al resto del país, pagar impuestos y quedarse callados.



Cuando el cocalero empezó su guerra contra esta tierra, los cruceños eran mirados como parias, incluso por gente medianamente informada que supuestamente no se deja llevar por las irracionalidades que repiten los políticos odiadores. Cuántos ríos de tinta han corrido repudiando la “media luna”, el proceso autonómico y la resistencia de los cruceños ante la dictadura masista, pues aquí fue el primer lugar del país donde se denunciaron los verdaderos propósitos del cocalero y donde el MAS nunca ha conseguido enseñorearse.

El cocalero nos tiene entre ceja y ceja y lo manda a decir barbaridades a su pupilo, porque fue Santa Cruz el que liderizó el voto por el “No” en el referéndum del 21 de febrero de 2016 y también fueron los cruceños los primeros en salir a repudiar el fraude de 2019. Fue Santa Cruz la que propagó la lucha por la democracia en los nueve departamentos hasta conseguir lo que nadie hubiera imaginado, hacer que el cocalero huya llorando de impotencia frente a esos cambas que ni siquiera sabían hacer bloqueos.

El régimen no sabe qué hacer. Al principio creían que era Camacho, ahora piensan que es Calvo y mañana van a querer señalar a otro como el responsable de movilizar y manipular a cientos de miles de cruceños. Mandan a una ministra enajenada a azuzar el odio contra Santa Cruz, pero no se dan cuenta que consiguen el efecto contrario, porque la simpatía no sólo se despliega en todo el territorio, en lugares que nunca se hubieran imaginado, como Potosí, sino que también se esparce en sectores que antes eran antagónicos, como los gremiales y transportistas.

El colmo de la insensatez de Arce es intentar que los habitantes del Plan Tres Mil se vuelquen en contra del resto de los cruceños. Felicita a grupos de encapuchados que el propio MAS pagó y sacó a las calles para desbloquear durante el paro cívico, como si estos facinerosos representaran al resto de los habitantes de la ciudadela. Si toda esa zona fuera seguidora del cocalero, hace mucho el MAS hubiera tomado la alcaldía y la gobernación de Santa Cruz, misión que se ha vuelto imposible.

Fuente: Eduardo Bowles