Algunos medios informativos y políticos de la oposición en Buenos Aires, han criticado al embajador argentino en Bolivia, Ariel Basteiro, por haberse sumado a la marcha que encabeza Evo Morales, cuando en realidad deberían felicitarlo pues, en los hechos, y como buen rioplatense, el diplomático acudió al lugar para burlarse del cocalero.
El gesto de Basteiro coincide con el anuncio de su país de la construcción de un gasoducto que convertirá al país vecino en uno de los principales exportadores de gas del Cono Sur y que ya puso sus ojos en Chile como su principal comprador. En Argentina, tanto a Morales como a García Linera los forraron durante años con títulos honoris causa y un sinfín de reconocimientos porque el gobierno del MAS les vendía a precios bajos, les aguantaba que paguen tarde mal y nunca y, encima de eso, el cocalero privilegiaba el mercado externo, antes que el abastecimiento de los propios bolivianos.
Ahora que nos estamos quedando sin gas, los argentinos no han tenido ni un solo gesto de solidaridad ni de agradecimiento y con lo que hace Basteiro, se aseguran que Evo Morales no diga absolutamente nada.
Fuente: Eduardo Bowles