Maldición china

Cuentan que los chinos para maldecir a alguien decían: «¡Ojalá vivas en una época interesante!”.

Radicalización social, desvalorización del pensamiento crítico y escepticismo para con la ciencia, proliferación de teorías conspirativas, resurgimiento de dogmatismos de toda naturaleza, desaparición genuina de las referencias ideológicas tradicionales, movimiento pendular acelerado entre populismo de izquierda y populismo derecha, corrupción generalizada, crisis económica en ciernes, desempleo, inseguridad jurídica rampante, oposición en desbande, rezago tecnológico, analfabetismo funcional, educación arcaica. En fin, momentos turbulentos donde prima la incertidumbre en el corto plazo y sensación generalizada de inseguridad, traducida en autocensura como mecanismo de conservación en un ambiente cada vez más hostil con nuestros derechos fundamentales. Y encima, éramos muchos y parió la abuela: pandemia como solo en un país como Bolivia se la puede vivir y sufrir.

Lo único que falta es que nos orine un tucharé y nos bese la sama.



Sí, nos llegó la maldición China y no ha sido precisamente en la forma del COVID.

Ahora toca demostrar de qué madera somos hechos.

Fuente: Leonardo Leigue U.