Antes de entrar en el aspecto comunicacional del caso, emitiré mi opinión personal del mismo:
Si el mundo no estuviera al revés, algunos titulares de hoy hablarían de que los Oscar han tenido su menor audiencia de la historia y que ya no tienen relevancia en las nuevas generaciones… Otros que Chris Rock -como comediante- perdió su toque al conducir la premiación con chistes básicos y ofensivos.
Pero, infelizmente el mundo sí está al revés.
Uno de los actores más divertidos y admirados del mundo, al escuchar un chiste acerca de su esposa decide pararse y golpear a un comediante en vivo. En frente a millones de personas.
¿Te imaginas vivir en un mundo donde tengas que golpear a alguien cada vez que escuchas algo que te ofenda? O peor, ser golpeado cada vez que ofendes a alguien?
Lo que hizo Chris Rock fue insensible y de mal gusto, pero lo que hizo Will Smith es indefendible.
Deja la mierda del amor, de hacer respetar, de que la agresión sicológica y todo lo demás. NO puedes pegar a una persona por decir algo que no te gusta. No lo digo yo, lo dice la ley. FIN.
Will Smith -con su alcance- tenía todos los recursos jurídicos y mediáticos para “hacer respetar” a su esposa y dejar un mensaje valioso y que inspire. No lo hizo porque es un señor inestable y necesita tratamiento. Y no es por romántico.
Desde la perspectiva mediática y comunicacional, que es lo que nos interesa, lo que hizo Will Smith fue lo peor que hubiera podido hacer:
Logró que un chiste malo, que hubiera pasado desapercibido dentro de la aburrida presentación de los Oscar pasara de ser visto pasivamente por un par de millones de personas a ser visto activamente por centenas de millones. Lo convirtió en trending topic global.
Al final del día, Will hizo más daño a su esposa al potenciar el alcance del chiste que el mismo Chris Rock.
No pude validar la data del gráfico, pero estoy seguro que algo parecido pasó en los views en vivo de la ceremonia.
Por eso es tan importante que en los momentos de crisis, dimensiones si lo que estás a punto de hacer para corregir un problema en realidad no terminará haciendo que el problema sea aún más grande.
Cuando tengas una crisis, sobre todo de fondo personal, un ataque emocional directo a tu nombre u honra, sigue siempre el consejo del mítico inversionista Warren Buffet:
“Siempre puedes decirle a alguien que se vaya al infierno mañana.”
Cuando haces las cosas en caliente, es muy probable que te equivoques.
Más adelante, me gustaría entrar en el precedente de que un comediante sea golpeado en una presentación por alguien de la audiencia y sobre la misma libertad de expresión, pero estos son otros pensamientos iniciales.