Cuando se habla de un Advisory Board o junta asesora en cristiano, lo primero que uno se imagina son algunos viejitos de pelo blanco, vestidos con sacos grises, sentados en una larga mesa de madera ubicada en una gran sala de reuniones del piso 281 de un edificio de una importante multinacional en Nueva York.
No es para menos, eso no enseñaron las películas.
Para cualquier empresa, poder tener una junta asesora conformada por expertos en diferentes áreas que puedan aconsejar a los directivos de la misma en sus decisiones, ya se comprobó como un modelo que incrementa el éxito de una empresa en el tiempo, ya que un board bien estructurado permite poner sobre la mesa diferentes perspectivas acerca de un mismo tema, mejorando la calidad de las decisiones y también evitando posibles problemas.
Es muy probable que el emprendedor o founder que más admires y que te parezca absolutamente genial tenga un board para darle soporte en los temas que no domina del todo, o simplemente para poder usufructuar de la experiencia de otros. Si, hasta tipos como Elon Musk tiene su advisory board.
Solo para poner como ejemplo, Jack Dorsey, el creador de Twitter, cuenta con el apoyo de la mente brillante de Raval Navikant, exitoso inversionista ángel. Pero no es el único, Navikant también aconseja a otros 18 boards, a la misma vez que también tiene boards con otros profesionales en cada una de sus startups.
Todo lo que mencioné hasta ahora puede sonar completamente ajeno y lejano a tu realidad como profesional y sobre todo como persona, pero no lo es. Tú y cualquier persona pueden armar un advisory board personal, y te voy a explicar más o menos cómo hacerlo.
Primero, debes entender que cada advisory board es único y las personas que deberían hacer parte del mismo van a depender del contexto de tus necesidades. Si eres un chef, no vas a necesitar exactamente los mismos consejos que un atleta olímpico o una persona que quiere emprender un negocio para mascotas.
Así que comienza identificando tus necesidades. En mi caso personal, son temas relacionados a tecnología, comunicación, startups, inversión y también los problemas de mi vida personal como ansiedad, burnout y otros. Gente que hace una diferencia enorme en mi vida. Mucho más grande de la que ellos piensan.
Pero a la diferencia de los boards de las películas, nunca nos reunimos todos.Con uno hago una llamada o escribo un whatsapp por algo específico, con el otro nos enviamos audios, con el otro tomamos un café y con la otra me paso todo el sábado en su casa almorzando en familia. Ni siquiera hay una agenda o frecuencia definidos. Lo importante es saber que tengo gente en la que confío y a la que admiro para hablar acerca de las decisiones importantes que necesito tomar.
Para encontrar a tus consejeros lo más fácil es buscar si el talento que te rodea puede servir a tu propósito. Puedes tener un amigo que es un gran periodista, otra que es una reconocida profesora o experta en un tema. Una vez tengas una base creada con tus conocidos puedes ir en la búsqueda de ese profesional que atienda a una necesidad específica. Lo importante es no cometer el error de la afinidad. Y rodearte de gente que piensa exactamente como tú o que dice lo que quieres escuchar, lo que causaría el efecto opuesto al deseado: En lugar de traer más puntos de vista, solo validarías una narrativa sin romper la burbuja.
Por último, podría hablar de la importancia de tener la humildad y la mente abierta para escuchar a tus consejeros y tomar las duras decisiones que muchas veces recomiendan, sobre todo cuando la opinión de ellos es diferente a la de uno, pero este texto no aspira a tanto. Solo son algunos pensamientos iniciales.
Fuente: Amples Regiani – Pensamientos iniciales