No conmueve a nadie hablar de la desaparición del hombre en abstracto, pero hay demasiado rubor cultural para aceptarlo… La comedia social es irrenunciable para distraernos de la soledad de nuestro camino, intransferible y único. Sin embargo, el ingreso del hombre en la Historia, es una fórmula ineficaz y burocrática de escamotear su destino singular.
Fuente: Roberto Barbery Anaya.