#OpinandoEnElBunker
EL CENSO ES PARA TODOS
Por: A.Germán Gutiérrez Gantier
Bolivia está en un nivel elevado de tensión política a causa del censo de población y vivienda.
La disputa se centra en la fecha de la realización del censo, sobre cuya decisión se atrincheran las fracciones.
Si el núcleo del conflicto es este, la solución no tendría porqué esperar, pues con algo de voluntad política, efectuando ajustes técnicos y acuerdos mínimos en la elaboración de un cronograma inteligente, sería más que suficiente. De este modo el país y las regiones contarían con un instrumento imprescindible para los procesos de planificación y toma de decisiones en las instituciones públicas.
Sin embargo, esta es apenas la carátula del conflicto, porque en el fondo hay una contienda mayor. La disputa de liderazgo de una región frente al estado y los frenos que este quiere poner a esa pretensión.
Santa Cruz convocó a un cabildo sin lugar a dudas masivo, fue una demostración de fuerza, pero también un esfuerzo importante para rearticular sus filas que se habían debilitado a causa de errores cometidos por la conducción cívica. Esto quiso ser aprovechado por el gobierno nacional, tratando de dividir a las fuerzas rebeldes golpeando al comiteismo con torpes procesos judiciales a su líder principal o logrando impúdicas adscripciones de autoridades locales.
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Pese a que la élite cruceña ha cohesionado el grueso de sus filas y logrado, tímidas adscripciones fuera de sus fronteras, su propuesta sigue siendo regional, a la que otras por su debilidad, comodidad, indiferencia o por lo que sea solo se adhieren sin parir ideas propias.
Entonces, como ya es habitual, el poderoso peso regional no llega a la nación sino por inercia, paradójicamente pasa lo mismo con el gobierno nacional que en lugar de pensar en el país lo hace únicamente en su partido y toma una posición sectorial defensiva. Así, gran parte del país queda al margen de cualquier acuerdo y de la toma de decisiones.
El transcurso del tiempo, desnuda las intencionalidades de ambos contendientes, se trata, en unos, de obtener y, en otros, de disminuir el peso político propio o del contendiente.
El debate ha partido de supuestos. Todos aceptan como dogma indiscutible, que la asignación de recursos per cápita, es inmodificable. Olvidan o se hacen de la vista gorda, que esta forma ha producido tantas asimetrías entre las regiones, que son cada vez más amplias e insalvables y que la lucha contra la pobreza no se ha resuelto con entrega de recursos en función a la cantidad de habitantes.
Lo mismo sucede con la distribución de escaños por población, ganar más curules sobre la base de la resignación de otros es normal. Ignoran que la propia constitución prevé por equidad modificar la base mínima de asignación de bancas a los departamentos que tengan menor población y menor grado de desarrollo económico. En resumen, es una decisión jurídico-política no matemática.
En los encuentros del gobierno nacional con el comiteísmo cruceño, no están agendados el tratamiento de estos dos problemas. Su abordaje post censo ratificaría el statu quo
Lo que, si puede unir a importantes sectores de la sociedad civil en torno al pedido de que el censo de población y vivienda se efectúe el 2023, es que los resultados censales una vez publicados y oficializados, permitan una necesaria como urgente elaboración de un nuevo padrón electoral creíble, para que las elecciones del 2025 tengan grados de certidumbre.
Otro dato clave que sería certificado por el acto censal, es que la población boliviana cada vez se concentra en porcentajes mayores en las ciudades, con lo que infelizmente el área rural sufre un progresivo como permanente vaciamiento de habitantes que han optado por migrar a las urbes como una forma de avizorar un futuro mejor que no lo encuentran en sus lugares de origen por el fracaso o inexistencia de políticas gubernamentales, que bien podían haber enfrentado este drama al margen de sus demagógicos discursos.
Esto permitiría una redistribución de curules en favor de las ciudades que en el área rural y acabar con los forzados dos tercios o mayoría absoluta oficialista en el parlamento.
El conflicto está en curso, las tensiones difícilmente se aplacarán, los resultados finales podrían ser un parto de los montes si es que los protagonistas no asumen que este no es un problema regional o sectorial sino más bien nacional.
Sucre, 22 de octubre de 2022
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Fuente: Agustín Zambrana en El Bunker
