LA TARDE
QUE ENTREVISTÉ
A BANZER…
Fue raro, fue loco.
¿Cómo hice tal cosa?
Era una tarde cualquiera, poco antes de cumplir dieciocho años, una época de cualquier pelau en la cual, uno no sabe pa dónde prender y peor aún si vive solo.
Tenía en ese tiempo los famosos walkman, esas caseteras con audífonos y estaba hecho el lindo por la plaza, ahí por la Casa de la Cultura cuando vi el bollo de gente y me acerqué.
Había un evento y los periodistas iban y venían entrevistando.
Fue un impulso.
Algo que salió de muy dentro.
Me acerqué con el walkman a modo de reportera y hecho el que grababa le pregunté sobre el evento al primero que pillé.
Me respondió…
Me entusiasmé, me sentía importante.
Hice dos «entrevistas» más, pero claro, no grababa nada y las personas me respondían.
¡Yo no podía creerlo!
Entonces sucedió.
Un tipo que estaba ahí me dijo:
– «Oye choco, andá a entrevistarlo al general, nadie lo ha hecho…»
Volqué a ver y ahí estaba, en la acera del frente.
El mismísimo general Hugo Banzer Suárez, acompañado de su esposa.
De una vez…
No era yo, no sentía miedo ni me achicaba.
Crucé la calle y me acerqué.
– ¿General, unas palabras?
– Con mucho gusto.
-respondió el general.
Y ahí estaba yo, un peladingo cursiento que era ayudante de albañil y antes fue ayuco de un chapista que no me pagó.
¡Estaba frente a un ex presidente boliviano!
Entonces, por una milésima de segundo dudé.
¿Qué le pregunto?
-pensé.
Y de la nada…
– General, el país vive una terrible crisis. ¿Cuál es su opinión respecto a las medidas económicas del presidente Hernán Siles Suazo?
Entonces el general habló, me respondió del modo más cordial.
Todo era tan natural para mí…
Le pregunté sobre la devaluación que había y del plan de los «cien días».
El general me contestaba y yo por las nubes, hecho el que grababa.
Varios temas tratamos.
Al final le agradecí «la entrevista» y entonces el general dijo algo que marcó el rumbo de mi vida.
– «Buena entrevista joven, siga así… »
Entonces empecé a temblar, me despedí y me fui a sentar en un banquillo, frente a La Pascana.
Recién entendí lo que había hecho.
Al rato y con el corazón a mil, me fui a buscar el micro que me llevó al cuartingo donde vivía y esa noche me costó dormir de la emoción, después que volví del cema.
Y bueno…
Cuatro años después ya estaba en la radio y con los años aprendí el oficio y entrevisté «de verdad» a mucha gente.
Conocí en persona a los personajes que escuchaba por la radio o veía por la tele como Walter Rocabado, los hermanos Limpias, Jorge Arias, Palito Añez, o Carlos Ibieta el ídolo de mamá…
Y así…
Con los años vino una respetable amistad con ellos y otros más.
Finalmente…
Con el tiempo, muchos de ellos me entrevistaron a mi y ahora es un gusto compartir de vez en cuando con buenas personas del gremio como Roger Romay, Tuffí Are, Roger Cuellar, Quico Birbuet o Nano Silva, respetables y valiosos exponentes del gremio.
Excelentes amigos.
Pero eso sí.
Lloré mucho cuando murió el general Banzer, el hombre que sin saberlo me cambió el rumbo, él hombre que nunca supo que transformó al ayudante de albañil en radialista primero, presentador de TV. después, reportero luego, y escritor con los años…
Gracias general.
El ESCRIBIDOR.
Fuente: Párraga Jose – El ESCRIBIDOR