Los suizos son muy orgullosos. Se ufanan, con absoluta razón, de vivir en el país perfecto.
Todo les sale bien, pese a que no tienen salida al mar y la mayor parte del territorio es montañoso.
Aún así, han logrado construir una de las redes ferroviarias más modernas, con uno de los servicios más puntuales y eficientes del mundo, haciendo honor, por supuesto, a la fama de sus relojes, tan precisos y bellos que son verdaderas joyas de gran valor.
Por eso mismo es que los suizos podrían sumarse al pedido del censo para el 2023, pues no pueden permitir ni un minuto más que una nación mediterránea de América del Sur les haga sombra sin brindar ni una sola prueba de semejante hazaña desconocida en el planeta.
Por lo que cuenta Luis Arce en su discurso, Bolivia ha superado con creces a la nación europea, pero para demostrarlo hace falta mucho más que las exposiciones en power point que acostumbra presentar.
La mejor manera de probar que vivimos en una potencia y que Lucho no es más que un cínico y mentiroso es por medio de un censo que ponga en evidencia que los bolivianos somos muy humildes y que aparentamos ser por pobres para no ofender el orgullo suizo.
Fuente: Eduardo Bowles