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LA INSTITUCION TUTELAR ¿DE LA PATRIA?
Por: A. Germán Gutiérrez Gantier

Recurrir a la Constitución Política del Estado, para que las autoridades ajusten sus acciones a sus preceptos, es una ingenuidad. El deber ser de su texto, está cada vez más lejano de la realidad.

Que el poder político, desde sus más altas instancias, ignore, vulnere y viole la norma prescrita es algo común y corriente, peligrosamente aceptado por la propia ciudadanía. Servidores públicos individual e institucionalmente, son los cotidianos transgresores.



Una de esas instituciones son las FF.AA. que tiene la “misión fundamental de defender y conservar la independencia, seguridad y estabilidad del Estado, su honor y la soberanía del país; asegurar el imperio de la Constitución, garantizar la estabilidad del Gobierno legalmente constituido, y participar en el desarrollo integral del país”.

La defensa y conservación de la independencia debería ser connatural a su propia existencia. Independencia significa que cualquier estado que se precie de tal, no es tributario ni depende de otro, de tal manera que la intervención de ciudadanos extranjeros en acciones propias de la institución tutelar, es más que grave. Se ha especulado y jamás el estado boliviano ha aclarado de la presencia de militares cubanos y venezolanos, en su seno.

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Esto, si afecta la independencia, la defensa y soberanía del país, pues en la Asamblea Legislativa no existe ningún pedido y por supuesto ninguna aceptación del ingreso y presencia temporal de ninguna fuerza militar extranjera, todos ellos están ilegalmente en Bolivia, bajo la supuesta autorización de facto del gobierno. Ningún uniformado con charreteras color oro ha dicho nada, se muestran complacientes con sus colegas caribeños, su honor y el del país esta por los suelos.

Por otro lado, la soberanía nacional, es la autoridad suprema que reside en el pueblo. Pese a la contundencia del mandato constitucional, la pobre soberanía se la pasan por sus botas en gloriosas marchas y desfiles frente a sus amos de turno.

A propósito de ello, el heroico comandante del ejército en un acto en el que se presenta con uniforme de combate, vaya uno a saber por qué, expresa que nuestra patria inmensamente rica es vista por potencias para apoderarse de esas riquezas, que los grupos oligárquicos utilizaron a nuestro territorio como campo de batalla, que solo buscan el control político y de nuestros recursos naturales y para ello tienen dos caminos el golpe de estado o un proceso separatista. Dicho esto, anuncia en tono patriotero, que los militares ofrendarán sus vidas ante las amenazas de ruptura del orden constitucional o de movimientos separatistas. Más valiente no podía ser.

¿Ignora el comandante que las mal llamadas nacionalizaciones de la era masista entregaron nuestros recursos naturales a empresas transnacionales y hoy siguen en la misma línea? ¿Olvida que muchos proyectos son ejecutados por empresas chinas, sin licitación alguna? ¿No está en su memoria la entrega de la explotación del litio y de la mina San Cristóbal, en condiciones dudosas?, ¿Está enterado de quién entrega a quién, nuestros recursos naturales?

No se contiene, sigue en su perorata. Afirma que el federalismo fácilmente puede llevar a la independencia y a la creación de nuevas repúblicas, y concluir con la anexión a potencias extranjeras.

Habrá que recordarle que un comandante no debe especular de semejante manera y hacer gala de su supina ignorancia con pronósticos tremendistas como amenazantes en contra de ciudadanos que no apoyan al actual gobierno.

En su afán, insinúa aprestos separatistas sin decir quienes, dónde, ni cómo. Efectuar una acusación de esta magnitud en un discurso, ofende a los bolivianos e incumple flagrantemente con la obligación que tiene de cumplir con los protocolos establecidos en su institución.

En referencia al estado federal, su desconocimiento es extremo, nadie le dijo que este es un modelo de estado universal, asumido por varios países como alternativa a los estados centralistas. Es un estado que otorga a las regiones o departamentos cierta autonomía política e institucional debidamente normada por una constitución a la que se somete todo el ordenamiento jurídico.

Afirmar que la oligarquía ha utilizado nuestro territorio como un campo de batalla, es una verdad a medias, pues soslaya todo lo sucedido en 20 años de gobierno del MAS que eligió diferentes lugares como campos de batalla, es el caso de Santa Cruz en la lucha por el Censo 2023, o La Calancha en Sucre en su lucha por la capitalidad, o todo el territorio nacional el 2019 por su accionar fraudulento.

Sigue con su indisimulada estupidez, sostiene que una idea de federalismo lleva a la creación de nuevas repúblicas y ellas a la anexión a potencias extranjeras. Tal afirmación, puede ocasionar serios problemas diplomáticos al gobierno que ha demostrado no tener aptitud en este campo. Pero más allá del lio diplomático, anexar implica incorporar territorios a otro país, entonces ¿a qué territorio podrían anexar los separatistas una parte de Bolivia? ¿a Brasil con Lula de presidente, a la Argentina cuyo presidente Fernández es parte de la cuerda neopopulista, al Perú que ya tiene variados problemas para cargar sobre sus espaldas uno más, a Chile con su presidente Boric, al Paraguay, que no es una potencia? Es insostenible.

A tono con la retórica gubernamental, dice que la posibilidad de un golpe de estado está presente. ¿Su arremetida verborreica, es una acusación a Evo Morales de golpista o simplemente es un pretexto para incorporar a los militares en la persecución de opositores políticos? Si es lo primero, por qué no se toman las medidas legales en contra de Morales Ayma, y si es lo segundo, su adscripción abierta al autoritarismo aleja a las FF.AA. de la construcción democrática.

En estas manos esta la institución tutelar ¿de la Patria?

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Fuente: Agustín Zambrana en El Bunker