La “segunda mejor economía”
El pasado viernes, durante un acto en la Planta Palmasola de YPFB Santa Cruz, el presidente Arce aseguró que la economía de Bolivia es “la segunda mejor del mundo” y “la envidia de muchos países”.
Para esto, el mandatario señaló que de acuerdo a cifras de organismos internacionales Bolivia “sería el segundo país en el mundo con la menor inflación. Solamente es superado por China. (…) Aquí no más en América Latina hay países que tienen cerca del 70% de inflación anual”.
Evidentemente, evaluar una economía por un solo indicador –la inflación en este caso– es una falacia. Además, Arce obvió decir que los países con “70 de inflación anual” son sus aliados de Venezuela y Argentina, pertenecientes al club de los populismos del siglo XXI.
Situación crítica de las RIN
En cambio, un indicador que el presidente no suele citar es el de las Reservas Internacionales Netas (RIN), que en su porción de divisas ha caído a 758 millones de dólares, que apenas cubrirían tres meses de importaciones del país.
En parte, esta contracción obedece a los fuertes pagos realizados para mantener el subsidio en el precio interno de los hidrocarburos, concepto por el que se erogaron 1.400 millones de dólares en este 2022.
La receta oficial para cambiar esto en los próximos años sería la apuesta por la producción estatal de biodiésel, algo que, teniendo en cuenta los ritmos y problemas habituales de las plantas del sector público, puede acabar demorando bastante más de lo planificado.
El giro de Montenegro
La alternativa, repetida desde las cámaras empresariales, es dejar exportar a los privados, lo que ayudaría a recomponer las reservas en divisas. El Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) remarcó hace pocos días que “Bolivia no creció lo suficiente” en el año que cierra y volvió a pedir diálogo público-privado para promover al sector.
Finalmente, el ministro de economía, Marcelo Montenegro, adelantó que habrá un “giro” en este sentido: “Es un mensaje muy claro, que el presidente Luis Arce va a trabajar con los empresarios cruceños. Van a mejorar muchos indicadores de productividad, ese es el espíritu del gobierno nacional”.
El funcionario no ha dado mayores detalles sobre cómo se operará esta nueva orientación. El presidente del IBCE, Demetrio Soruco, apuntó que, si se hubiera flexibilizado el uso de biotecnologías, Santa Cruz podría haber exportado 1.400 millones de dólares más. Cifra que, coincidentemente, sería suficiente para cubrir la fuga de divisas por la subvención a los combustibles.
Capitalismo boliviano
La semana pasada, el empresario y líder político Samuel Doria Medina había dado un discurso donde proponía el “capitalismo boliviano”, como alternativa ante un “modelo estatista que va agonizando”.
“El capitalismo boliviano tiene que estar basado en la forma que se produce en Santa Cruz. En los nueve departamentos del país, todos quisieran tener los resultados que tiene Santa Cruz”, dijo.
En días recientes, el economista Antonio Saravia (Mercer University) hizo un balance de la propuesta, destacando que “la sola mención del capitalismo ya es rescatable” y que se hable de “un Estado que libere los emprendimientos, proteja la propiedad privada y garantice la igualdad ante la ley”. Sin embargo, cuestionó otros puntos, como el mantenimiento de “empresas (públicas) estratégicas” o que se evite hablar de privatizaciones.
Doria Medina le respondió que “el capitalismo boliviano no debe ser neoliberal” y criticó el “pensamiento tecnocrático”. A su turno, Saravia tuiteó que no se avanzará mucho con respuestas del tipo de “eso funciona sólo en la teoría” o “está bien para los libros pero no para la realidad”. El debate podría continuar.
Fuente: Emilio Martínez – publico.bo