Luego de todo lo que hemos vivido en los últimos años es de esperarse que todos tengamos algo de esperanza en que las cosas mejoren. Todos hemos sufrido mucho en todos los aspectos imaginables, así que escuchar que las cosas van a estar por lo general aún más jodidas no es algo fácil de digerir.
Por eso hablaré un poco sobre cómo podemos encontrar esperanza e inspiración en tiempos de crisis. Como todos sabemos, la crisis puede traer consigo mucha incertidumbre, miedo y estrés, lo que hace aún más difícil ver la luz al final del túnel y creer que las cosas mejorarán. La ansiedad en la que vivimos y la inmediates con la que las desgracias llegan hasta uno gracias a las redes sociales tampoco ayuda.
Por esto antes de hablar acerca de las cosas que puedes hacer para no perder la cordura, comentaré brevemente acerca de la mayor crisis que vivimos en el último siglo:
La Gran Depresión fue una crisis económica mundial que duró de 1929 a 1939. Fue desencadenada por una caída del mercado de valores en los Estados Unidos y se extendió rápidamente a otros países del mundo. La Depresión tuvo un impacto devastador: El PIB americano cayó 30%. 1 de cada 4 personas en el mundo quedaron desempleadas. La inflación hizo que los precios aumentaran un 32%.
Y justo cuando uno creía que habíamos tocado lo más fondo y que no había como que las cosas empeoren comenzó la Segunda Guerra Mundial, que duró de 1939 a 1945. La guerra tuvo un gran impacto en la economía mundial, ya que los países movilizaron sus recursos para la guerra y dejaron de comerciar entre sí además de la destrucción de la infraestructura básica en muchas partes del mundo. A todo esto, no restemos las pérdidas humanas: Se estima que 55 millones de personas han muerto. Para poner en comparación, un poco más de 6 millones han muerto por COVID-19.
Después de que terminó la guerra en 1945, recién la economía mundial experimentó un período de crecimiento y prosperidad sostenidos, conocido como el auge económico de la posguerra. Este período se caracterizó por el bajo desempleo, el aumento de los ingresos y sobre todo el avance tecnológico que sentó las bases de la industrialización y de la economía global moderna dando forma al mundo en el que vivimos. Es justo decir que, sin todo el sufrimiento de la guerra, no estaríamos donde estamos hoy.
En resumen: No es la primera vez que vivimos una crisis económica, no será la última y de peores problemas hemos salido como sociedad.
Pero volviendo al tema principal y como escribí anteriormente, estoy absolutamente seguro de que la crisis también nos fuerza a practicar la fuerza interior, resiliencia y demostrar la capacidad de adaptación y superación, algo que todos llevamos dentro. Hemos visto innumerables ejemplos de personas y comunidades que han superado alguna crisis, recuperándose y avanzando a pesar de los desafíos que han enfrentado y que en su momento parecían imposibles de solucionar.
Inevitables, las crisis pueden ser un momento de crecimiento y transformación que nos permita descubrir nuevas fortalezas y capacidades que nunca supimos que teníamos, nos recuerda que debemos unirnos y apoyarnos unos a otros para encontrar esperanza en medio de la oscuridad.
Lo que no significa romantizar o dorar la píldora sobre lo que realmente es: Las crisis no son positivas, tampoco algo bueno o divertidas, son putamente jodidas: En 2023 mucha gente va a morir por COVID, de hambre. Personas perderán sus empleos, casas, ahorros y vamos a retroceder en cada indicador fundamental como sociedad. Y justamente por lo difícil y doloroso que son las crisis es que debemos buscar la manera de sobrellevarlas.
Pero ¿cómo encontramos esta esperanza, especialmente cuando las cosas parecen tan inciertas y difíciles? Debemos enfocarnos en las cosas que sí están en nuestro control.
Podemos elegir cuidar de nosotros mismos y de nuestros seres queridos, ser amables y compasivos con quienes nos rodean y buscar oportunidades para marcar una diferencia positiva a nivel individual y también haciendo la diferencia en la vida de los demás.
Debemos buscar fuentes de inspiración y positividad, ya sea a través del arte, la música, la literatura, de cualquier cosa nos guste hacer y sobre todo en la naturaleza. Nunca está de más caminar descalzo, tomar algo de sol y simplemente observar el mundo que nos rodea.
Pero dentro de todo, aun siendo una persona antisocial creo que lo que más esperanza trae es simplemente conectarse con otros. Sentir que puedes contar con alguien.
Somos seres sociales, y nuestras relaciones con los demás nos dan fuerza y apoyo. Ya sea a través de la familia, los amigos o la comunidad, podemos encontrar consuelo y aliento en las personas que nos rodean. Ya sea porque necesitas la fuerza para luchar por algo, o simplemente el consuelo en los días que crees ya no poder más.
En esta carrera de resistencia que estamos corriendo todos, nos resta elegir cómo respondemos antes la adversidad mientras esperamos que este periodo de lugar a un nuevo ciclo de prosperidad y renovación.
Como raza humana somos el resultado de la repetición continua de estos ciclos de sufrimiento y superación de desafíos ya sean estos climáticos, naturales, sociales o económicos.