La
NUR
Y MIS
LIBROS…
Conversar con Willy Shoaie el magnífico rector de la universidad NUR tiene su aire especial, un momento donde nunca falta esa sonrisa radiante y ese espíritu constructivo.
Eso pensé cuando lo visité sin anuncio previo, cuando a pesar de su atareada agenda sacó unos minutos para atenderme.
Él es así.
Entonces sucedió…
Fue inevitable no viajar en el tiempo, cuando la NUR apenas comenzaba a funcionar, ahí frente a la iglesia San Roque.
¡En un solo piso!
En aquel tiempo surgieron algunos problemas, un grupo de alumnos reclamaba por algo que ya ni me acuerdo.
Fue en esa época que escuché decir a un señor de cabello plateado:
– «Son los dolores del parto, y los traumas que trae el crecimiento «.
El señor de hablar pausado y sabias palabras, era el señor rector en esos años.
El mismo…
Manoucher Shoaie, el hombre que llevó las riendas de la institución con una idoneidad que a lo largo de los años consolidó el prestigio, calidad y respeto bien ganado de la universidad.
Pero en la época cuando la NUR funcionaba frente a San Roque las cosas eran distintas, y de él aprendí mucho.
Y claro…
Pasaron los años, la universidad creció y una noche, en ocasión de la celebración de un aniversario más de la NUR le pregunté al señor Shoaie.
– ¿Por qué es tan dificil consolidar lo bueno, lo constructivo?
Yo andaba frustrado, deprimido y él lo notó.
Eso fue en la época cuando yo escribía libros de historia cruceña que a a nadie, o al menos, a muy poca gente les interesaba.
Entonces, esa noche, el señor Manoucher Shoaie posó una mano sobre mi hombro y me dijo muy suave, casi en un susurro:
– «Usted está plantando una semilla, la semilla del conocimiento. Esa semilla necesita tiempo para dar fruto. Esa semilla para dar vida necesita estar en el suelo, sucia y cubierta de tierra.»
» …Todos pasarán sobre ella, nadie la notará, pero pasado algún tiempo, la semilla convertida en plantita surgirá de la tierra como surge la vida, tendrá un tallo que se convertirá en un tronco y con el tiempo dará frutos y sombra a quienes en ella se refugien. Tenga paciencia, deje germinar su semilla »
Nunca olvidé esas palabras dichas por Manoucher Shoaie y recibidas por mí, hace como diez años.
Eso recordé y se lo comenté a Willy, el actual rector.
Él sonrió con una mirada comprensiva, porque conoce de sobra al hombre que me aconsejó en ese tiempo.
Y bueno…
En marzo volveré con mis libros a la Nur, y será un honor compartir con sus actuales alumnos el contenido de los mismos.
Gracias Willy por recibirme.
Gracias señor Manoucher por guiarme, usted sabía lo que pasaría y ya ve, mi plantita de a poco va creciendo.
Siempre, eternamente agradecido.
El ESCRIBIDOR.
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Fuente: Párraga Jose – El ESCRIBIDOR