¿ QUE EL
MUNDO
ESTÁ MAL?
¡NAAAAAAA….!
¿Qué el mundo está mal?
Naaaa…
La gente está mal.
– Por ahí anda un alcalde alardeando lo que no hace y un ministro de salud presumiendo un éxito que no tiene.
Y claro.
¡La fábrica de borrachos es quien auspicia el deporte y la vida sana!
Pero…
– Un niño muere, víctima de la picada de un alacrán, y todo por que no había una dosis del antídoto que le hubiera salvado la vida.
¿Que el mundo anda mal?
Naaaa….
La gente está mal.
– Viste que el sabio debe callar, sólo para que el bruto no le falte el respeto?
– ¿Viste que ahora, la persona que respeta la moralidad debe callar, solo para que el inmoral no lo acuse de intolerante?
¿El mundo está mal?
Naaaa…
La gente está muy mal.
– ¿Qué un tipo ande encholau? , ¿que tenga dos vidas, que lo vean comprando bebidas caras? , ¿que se gaste la plata de su hogar pagando caricias de «malcriadas» caras?
Naaaa…
¡Ese es un macho alfa!, es el lomo plateado admirado por su círculo.
Pero en contrapartida…
El buen esposo, el que respeta a su familia, el que prefiere quedarse en casa a andar de joda, el que no se hace problemas pa lavar platos o barrer su patio si ve que hace falta, el que prefiere pasear de la mano con su esposa a irse al bingo sexual de la frate, el que no bebe un trago y es ejemplo para sus hijos…
Naaaa…
¡Ese es el pocholazo, el dominau, el pobre cojudo que no manda en casa, el mismo que es blanco de chistes y memes!
!Valores invertidos!
Y no falta…
El político corrupto, ese que invita a lo más «selecto de la sociedad» al brutal cumpleaños que festeja, el mismo que aparece en la red social rodeado de los periodistas que deberían cuestionarlo, ese que presume la riqueza que antes de ser político nunca tuvo…
Ese es el Padrino de Promoción perfecto, no importando quien es, que hace, o de donde salió la plata que ostenta.
A ese lo nombran con pergaminos rimbombantes, «por sus inmensas cualidades personales», bla, bla, bla…
Y claro.
A cambio «tiene que poner», pero no hay problema. Mientras «ponga», no importa de donde venga la plata.
Y sigue…
Padres que pagan «reinados», con tal que la hija luzca la corona, pero la piensan dos veces para comprarle libros, y claro, la «reina» aparece después metiendo las cuatro cada vez que abre la boca.
¿Que el mundo está mal?
No, el mundo es hermoso.
La gente es la que está mal.
¿Que hay un muchacho mentiroso y sus padres se quejan de él?
Claro…
Esos padres olvidan la lejana mañana que le dijeron: «Hijito, decile al señor que no estoy», la mañana que le enseñaron a mentir, cuando el pelau apenas tenía cinco años.
Y así…
¿Qué la justicia anda mal?
Naaaa…
La justicia en sí es sabia.
La justicia siempre será la justicia.
Los que andan mal son lo miles de abogados corruptos, esos que manipulan la ley a su conveniencia, están mal los fiscales y jueces vendidos a quien mejor les paga.
No es la justicia la que anda mal.
Es la gente que trabaja en eso la torcida.
Y no es lo único…
El micrero que no da el cambio, «el vivo» que dobla por la calle que no debe, el otro «vivo» que coimea pa no hacer la fila, el empleado que no justifica el sueldo que le pagan y encima habla mal de la gente que le da trabajo…
Ahí anda.
El padre o la madre de familia que le grita al maestro, sólo porque aplazó con motivo a su hijo malcriau, burro y flojo.
En fin.
¿Que el mundo anda mal?
Naaaa…
La gente anda mal.
– ¿Y vos, que tal?
– ¿Cómo andamos por casa?
Pensala.
EL ESCRIBIDOR.
Fuente: Párraga Jose – El ESCRIBIDOR