¡VIAJÉ
EN EL
TIEMPO!
¡… Y me aporrearon!
Estaba opeando en la plaza 24 de septiembre, mientras veía una de las marchas que se hacen cada día.
Era un grupo de gente que exigía que se quite la estatua a Warnes, y en su lugar se coloque un Ekeko gigante.
En tanto, otro grupo exigía que se le ponga falda, porque consideraban que fue muy machista.
… Y ahí estaban gritando, mientras unas mujeres con traza de hombre escribían burreras, en las puertas de la Catedral.
En fin.
Habían protestas y peleas.
Cuando elay…
Una de las damas con simbas y faldas plizadas, integrante del grupo que quería poner el ekeko, le lanzó amablemente un pedazo de cañería a un pelau, un flaco más seco que pedo e momia, un chico que en su pecho tenia escrito 21 F.
Y puej…
El pelau desgraciau se agachó y el fierrazo me alcanzó encima de la oreja.
¡Mamaaaaaaaaaaá!
No supe ni de mis patas.
Pero en la nebulosa de la inconsciencia, vi entre brumas a Lidia Patty, manejando embiquinada una bici sin asiento.
Y luego…
Todo se me hizo oscuro…
Al rato desperté, y todo era raro.
Estaba en una casa con techo de motacú. Al menos eso vi desde la estera donde estaba tendido.
Me levanté como pude y abrí una puerta de dos partes y vi que la calle era de tierra. Desconcertado volqué la mirada y entonces lo ví.
Era delgado, como de cincuenta años tal vez, con una barba canosa que me recordó al camba Florencio.
– «No se asuste mi amigo, en un ratito volverá a su época.»
– ¿Donde estoy?, ¿Quien es usted? – dije asustado.
– «Tranquilo, usted está en Santa Cruz y es agosto del año de 1,826»
Ante mi incredulidad, el hombre se levantó y me mostró un cuadro que parecía un calendario.
Miré alrededor y vi un arma colgada en la pared junto a un uniforme de guerra y al lado una guitarra sin cuerdas.
También había una pintura, un cuadrito de una mujer a caballo y a bajito se leía: «Florita mi amada» y las iniciales J.M.B.
Iba yo a decir algo, cuando el señor me interrumpió.
«ESCRIBIDOR, no hay mucho tiempo, debe llevar este mensaje a su época…
– » Dígale a todos los cruceños, digales que los cruceños metimos la pata al anexarnos a este nuevo país que fundaron el seis de agosto del año pasado.
– «Dígale a todos, que este país será ingobernable, que nunca se desarrollará, y todo porque no se mezcla el agua y el aceite.
– «Dígale que había un proyecto llamado «REPUBLICA DE LOS LLANOS Orientales, un proyecto de país que quedó chuto.
– » Dígale, que seremos ignorados por el andinocentrismo, que nos invadirán con el tiempo, que nos meterán sus danzas y acabaremos mascando esa hoja amarga que ellos mastican.
– «Dígale, que nunca nos verán de igual a igual, porque para ellos somos menos…»
Iba yo a preguntar algo, cuando sentí un mareo y me desvanecía.
Lo ultimo que escuche fue la voz de una mujer que desde fuera gritaba:
– ¡Don Cañoto, ya está el masaco!
En eso desperté en la plaza, justo en el momento que los pacos agarraban a palos al pelau que tenia la camiseta del 21 F.
Entonces cerré los ojos y me hice el muerto, solo pa no ser apaleado por los nuevos cruceños de poncho y las mujeres que se creen hombres.
En eso empezó a llover.
Pucha…
Lluvia en Santa Cruz, yo sin canoa, ¡y encima aporreau!
Elay la que me gané, solo por estar de mosca donde me llaman….
EL ESCRIBIDOR
Fuente: Párraga Jose – El ESCRIBIDOR