ALAMEDA JUNÍN 225… Fue raro. Algo triste. Pasé por la alameda Junín y miré hacia la …

ALAMEDA
JUNÍN
225…

Fue raro.
Algo triste.
Pasé por la alameda Junín y miré hacia la casa 225 y y no estaba.
La casa qué fue y ya no es…
La casa de Glen y Roy Vargas, la cuna del rock cruceño.
Inevitable.
Mi mente voló hacia aquellas noches, lejanas lunas cuando llegaba con mis discos de vinilo bajo el brazo, y mis veinte años encima a esa casa.
Alameda Junín 225.
Entonces, así de la nada vino a mi mente la mamá de Glen, esa señora que siempre tenia un consejo para mi, una voz de apoyo, a veces una cosita para comer.
¿Como olvidarla?
En la alameda Junín 225.
¿Como olvidar a Don Oscar Vargas, el padre de Glen, el señor que me dio la primera oportunidad en su radio?
Otra época.
Orlando Romero con «Heavy Metal Manía» y más tarde, Quico Birbuet y Choco Wend con «Amantes de la noche»
Yo mismo empezaba con Shiclet’s.
Cuantas nostalgias del coliseo del colegio La Salle, lugar donde se hacían los conciertos.
Ahí eran los ínter comparsas, ahí cantó Franco de Vita, ahí tocaron los Enanitos Verdes, Soda Stereo y Charly García entre otros.
Y ahí tocaba Trilogía Rock, Leon Heraldico, Rapsodia y los grupos collas qué a veces venían.
Alameda Junín 225…
En esa casa era común toparse con Roberto Antelo o Fabio Zambrana, en la época cuando Fabio cantaba en Zambia, para transformarse luego en un formidable rockero melenudo.
En esa casa se respiraba música.
A esa casa llegaban todos.
En esa casa nació Trilogía Rock, y ahí nació Track a comienzos de los noventa.
Y claro, a esa casa también llegaba Popí Antelo, el súper guitarrista que años después formaría Dixi con su hermano Roberto.
Esos «clinudos» eran capos, quienes escucharon en vivo «Lluvia roja» o «Noche en la ciudad» saben de que hablo.
Esos «clinudos», son unos maestros ahora y serán leyendas del rock cruceño por siempre.
En todo eso pensé, mientras pasaba por la alameda Junín 225.
La casa qué fue y ya no es…

EL ESCRIBIDOR



Fuente: Párraga Jose – El ESCRIBIDOR