Al responder a Goni, pero no a Evo, la
estrategia de Arce es polarizar apelando a las emociones vinculadas al Estado
plurinacional y mostrarse como el actual defensor del proceso de cambio. Así
Evo queda como alguien ofuscado por el poder y no por el proceso.
Lo de Goni le cae como anillo al dedo a Arce, quien capitaliza esta ventana de
oportunidad inteligentemente. Si la oposición fuera más inteligente, no le
haría el juego al presidente, permitiéndole establecer su agenda
político-discursiva.
Arce no miente cuando tilda de retrógrada gran parte de la propuesta. No
obstante, un mandatario más prudente criticaría sin caer en ese populismo
barato.
Aunque no hay dudas de que el sistema parlamentario es más estable y
democrático (8 de las 10 mejores democracias son parlamentarias y sólo 1
presidencialista como Bolivia), las propuestas de Goni de eliminar la
democracia participativa (p. Ej. los referendos) y la elección de gobernadores
serían retrocesos en la autodeterminación ciudadana.
La propuesta de constitución de Goni –hipercentralista– muestra que sigue sin
entender la cultura política y la realidad de los bolivianos/as; motivo mismo
por el que fue derrocado.
Fuente: Guillermo Bretel