El objetivo es reforzar y modernizar la relación y estrechar la cooperación, tras ocho años sin reunirse y en los que ha pasado mucho: una crisis de refugiados, la pandemia, una guerra en Europa y la crisis energética. La ambición también es cerrar el acuerdo comercial entre la Unión Europea y Mercosur, un acuerdo firmado en 2019 pero no ratificado aún por diferencias. Ante la deforestación de la Amazonía por el gobierno de Bolsonaro, los europeos exigieron al Mercosur nuevos compromisos ambientales, que son objeto de duras negociaciones y de reproches cruzados.
