SIEMPRE HUBO DE TODO EN ESTE PUEBLO… Este pueblo es hermoso en todo sentido. Es hermoso…

SIEMPRE
HUBO DE
TODO EN
ESTE PUEBLO…

Este pueblo es hermoso en todo sentido.
Es hermoso…
Hasta en sus cosas sin sentido.
Al menos, eso decía mi abuelo cuando se preguntaba hace años:
– ¿Cómo es posible que haya un carretón suspendido, y un avión en el suelo?
-preguntaba el jovie muerto de risa.
Claro, el hablaba del carretón que había en la rotonda del primer anillo y del avión Pirata que aun sigue de adorno.
Y seguía…
– ¿Ya vieron que la calle Libertad muere en la cárcel?
-preguntaba.
Claro, el recién llegau no sabe que la cárcel pública ahora llamada Palmasola, estaba ubicada en el lugar que hoy ocupa la policía: Calle Libertad y segundo anillo, a una cuadra del Cristo.
Pero antes.
En un tiempo sin tiempo…
Había un camba a quien llamaban «Coto Colorau», un camba pocas pulgas y blandingo del dedo.
Tanto miedo le tenian, qué en la noche de su velorio seguía con los grilletes puestos. «Por si acaso se levanta»
-decía la gente.
Tanta gente nuestra…
Cada una con sus ángeles y demonios pero nuestra.
Y algunos sitios…
Los asaditos del Victoria, los bifes en la Potosí y los eternos agachaus que esperaban a los bohemios trasnochadores.
Y en cosa de amores…
Las famosas Martha y Vicky:
Ellas fueron testigo fiel, de los infieles de otros tiempos. Las beishus del ayer.
Y además…
Bismark el cautivo mental de la plaza:
El estudiante de derecho que perdió la razón sin ninguna razón aparente.
El loco Justo Bazán, el gordo que gritaba «Viva Francia», con sus almanaques Bristol en la mano.
Sandro y sus poses, en las noches legendarias de cuando se bailaba «De boliche en boliche» en el viejo Caballito; boliche de Los Dalton, Los Peepers y otros más que ahora olvido.
Personajes nuestros…
Lo llamaban Piyo y apellidaba Landivar.
El memorable Piyo Landivar, un hombre bastante alto para los huatocos de su tiempo.
Y Mosito:
Inolvidable en la mente de las peladas, las lindas cincuentonas de hoy.
Y los infaltables…
«Atachó Yolanda», ese joven que cantaba y bailaba repitiendo la frase.
«Lola» la mujer demente e inofensiva que deambulaba por las calles, descuidando a los hombres para darles un beso y reirse luego, por el asombro que en ellos causaba.
«Dominguito», el enano boletero de colectivo, el petiso que nunca se sacaba una descolorida gorra del viejo Destroyers.
«Fusil», otro destroyano memorable que siempre tenía alguna historia que contar, mientras trabajaba lustrando zapatos en la plaza.
Muchas historias.
Grandes personajes y sitios memorables como «El Curucusí», boliche emblemático donde aprendieron a besar los pelaus del Trompillo y cierto mundialista que tenía la nueve y ahora es técnico.
«El Marabú», lugar de entrenamiento amoroso que marcó el debut de muchos Cambas, galanes del ayer que ahora debutan como abuelos ejemplares y olvidan que alguna vez les inyectaron penicilina.
En fin…
Es sábado, y en dos días será el día de la bandera más hermosa de Bolivia.
Les dejo tarea:
Si se acuerdan de otros personajes y lugares nuestros, déjenlos en los comentarios.
Nos cheque.

El ESCRIBIDOR.



Fuente: Párraga Jose – El ESCRIBIDOR