EL
VIEJO
CORREO.
Me acuerdo las mañanas de domingo.
Matinal en los cines Edison, Victoria, 24 de septiembre y Metropolitano.
Películas de «cogoy» o las aventuras del boxeador chino, ese chino más flaco que pedo e víbora, el mismo que nos asombraba porque saltaba hasta el techo.
¡Miechi!
Pero claro.
Antes de ir al cine, era obligatorio revisar las carteleras.
Las cartelera que colgaban en la entrada del edificio del correo, en la esquina de la Ayacucho y Libertad.
Y es que…
Hace mucho, en una arenosa galaxia…
Había un hermoso edificio en la esquina sud oeste de nuestra plaza principal 24 de septiembre, esa vieja plaza llamada antes Plaza de la Concordia, un nombre que hacia referencia a la rivalidad existente entre cruceños y lorenceños y que le fue puesto el día en que los cruceños vinieron a habitar este suelo, o sea, cuando se vinieron a vivir a la ciudad fundada por Lorenzo de Figueroa a orillas del río Piraí, el 22 de enero de 1.622.
Bueno…
La cosa es que ahí, donde ahora solo existe un sucio estacionamiento, había un hermoso edificio donde funcionaba el correo.
El sitio donde paraban los micros y mirábamos las carteleras.
Ese edificio que derrumbaron en 1.978.
Pero…
¿Qué pasó?
En su momento lo tumbaron, supuestamente para construir otro, y hasta dijqué ya se tenía un millón de dólares para dicha construcción.
Pero salieron con el cuento de que Santa Cruz no reunía las condiciones técnicas para dicha edificación y el proyecto se lo llevaron, y finalmente lo ejecutaron en Cochabamba.
Bla bla bla…
Otra muestra, de como opera el andinocentrismo respecto a este pueblo y su gente.
Y es que…
Para desgracia nuestra, ese hermoso edificio de correos era y es en el terreno, propiedad del estado central adjudicado a Correos Bolivia.
Cuando se lo derrumbó, se lo hizo con la promesa de construir ahí, el «Palacio de las Comunicaciones»
Pero hasta ahora…
Por problemas de logística, transportes y cotidianos bloqueos de caminos , no llegan los ladrillos ni el cemento desde la ciudad de La Paz.
Y han pasado treinta y cinco años.
Pero en fin…
Al margen de lo que no hagan los collas.
Pregunto:
– ¿Qué hicieron nuestras autoridades en estas más de tres décadas respecto al tema?
Respondo:
Nakalapirinaka.
Alcaldía, colegio de arquitectos, gobernación, a quien le corresponda:
– ¿Abrieron el pico para hacer el reclamo formal?
– ¿Presentaron propuestas alternativas?
– ¿Cómo es que en su momento, no supieron cuidar y preservar el valor histórico del edificio?
Pero bueno…
A lo hecho pecho.
Y ahora…
– ¿Será que en algún momento, tendremos algún alcalde, o sea, alguien que tenga lo que ponen las gallinas para restituir en forma y estilo el edificio que abusiva e irresponsablemente dejaron derrumbar hace treinta y cinco años?
Yo no sé, pero…
Seguiremos esperando.
Esperando que el centralismo decida por nosotros.
¿Hasta cuando?
El ESCRIBIDOR.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
Fuente: Párraga Jose – El ESCRIBIDOR