Emilio Martínez Cardona
1) Fue la votación más baja en unas PASO presidenciales (69%), por lo que hay un bolsón importante de gente que puede redibujar algunos de los resultados en octubre.
2) Lo óptimo y lo deseable sería que los caudales liberales de Milei y Bullrich se sumen (llegan al 50% sin el larretismo), donde hay un binomio natural, pero para eso tendrían que abrir la camisa de fuerza de las PASO con una ingeniería jurídica creativa. Esa patada al tablero no parece lo más probable.
3) De convertirse la carrera en un Bullrich vs. Milei, esto se parecería un tanto a las elecciones del ´89 en Uruguay, donde compitieron un liberal moderado (Lacalle Herrera) y un liberal radical (Jorge Batlle), imponiéndose el primero. En este escenario debería acordarse un pacto de no agresión y diferenciarse en el «cómo» de la reforma del Estado, aunque los mandos medios siempre romperán esas líneas rojas.
4) No debe darse por muerto al kirchnerismo, en manos del camaleónico Sergio Massa. Si logra absorber algo del larretismo y del peronismo federal de Schiaretti puede ponerse en segundo lugar y encabezar un «frente antiMilei», con la lógica del cordón sanitario, mostrándose como un defensor de la democracia ante una extrema derecha. Una operación en la que podría contar con Rodríguez Larreta y parte de la Unión Cívica Radical.
5) El resultado del domingo inquietó a los mercados, que tienen dudas sobre el «cómo» en el plan de dolarización, y Massa puede aprovechar la coyuntura para achacarle al mileísmo las zozobras que él mismo puede crear con un «Plan Platita» electoral (diferentes mecanismos clientelares).
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