Cochabamba: 13 mujeres viven con sus hijos menores de seis años en la cárcel

Si alguno de los pequeños se enferma y la situación es grave, es evacuado a un centro médico; pero, sin su madre.
Estela (nombre cambiado) junto con su pequeño en brazos, en el penal de San Sebastián Mujeres, el 14 de agosto./ NOÉ PORTUGAL
Estela (nombre cambiado) junto con su pequeño en brazos, en el penal de San Sebastián Mujeres, el 14 de agosto./ NOÉ PORTUGAL
Fuente: Opinión

Estela (nombre cambiado) tiene un hijo de un año y seis meses al que carga en un aguayo acomodado en su pecho. Ella está privada de libertad hace cinco meses y vive, junto a su pequeño, hace cinco meses en la cárcel de San Sebastián Mujeres de Cochabamba. Como ella, hay más mujeres en el penal que pasan sus días de reclusión con sus hijos en brazos, entre las celdas y el reducido patio del recinto penitenciario, del tamaño de media cancha de fútbol de salón, que a su vez es área de distracción, recepción de visitas, comedor, zona de actos y otros.

Aunque la norma dispone que ningún niño viva en la cárcel, en casos excepcionales, los pequeños menores de seis años ingresan junto a sus madres.

En la actualidad, en San Sebastián Mujeres hay unas 13 personas que viven ahí con sus hijos pequeños, según el abogado de Régimen Penitenciario Israel Rocha.



La Ley N° 548 del Código Niña, Niño y Adolescente, en su Sección VII referida a los Derechos y Garantías de la Niña, Niño y Adolescente con Madre o Padre Privados de Libertad, establece en su artículo 106 que la niña, niño o adolescente de madre o padre privados de libertad, tiene los siguientes derechos y garantías: “Permanecer con la madre o el padre que se encuentre en libertad; si ambos se encuentran privados de libertad, se le integrará a los familiares o a una familia sustituta de acuerdo a lo establecido por este Código y, de no ser posible, serán integrados en programas específicos o centros de acogimiento, mientras dure la privación de libertad, procurando que sea en la misma localidad donde sus padres se encuentren cumpliendo la medida”.

 

Además, la norma dispone que, en forma excepcional, “la niña o niño que no alcanzó seis años de edad podrá permanecer con su madre, pero en ningún caso en los establecimientos penitenciarios para hombres; en espacios aledaños a los centros penitenciarios para mujeres se deberán habilitar centros de desarrollo infantil o guarderías”.

La Ley también instruye que los pequeños puedan acceder a programas de atención y apoyo para su desarrollo integral, de acuerdo a su situación; y mantener los vínculos afectivos con su madre, padre o ambos, por lo que la familia ampliada, sustituta o el centro de acogimiento le facilitará visitas periódicas a los mismos.

El patio del centro penitenciario San Sebastián Mujeres de Cochabamba./ NOÉ PORTUGAL
El patio del centro penitenciario San Sebastián Mujeres de Cochabamba./ NOÉ PORTUGAL

DELITOS GRAVES

“Las mujeres que están en el penal y tienen hijos menores de seis años están implicadas con delitos graves (…). Hay unas 13 señoras que viven (en la cárcel) con sus hijos menores de seis años”, explica Rocha.

Ante estos casos, se hace un seguimiento con la Defensoría de la Niñez y Adolescencia que, en coordinación con psicólogos y trabajadores sociales, realizan su trabajo con estas personas vulnerables y los niños.

“Tengo entendido que están por delitos de asesinato. Hay algunos también en caso de homicidios, infanticidios también. Pero, en el caso de infanticidios, he visto que hay un reducido caso, donde la Defensoría hace aún mayor seguimiento en coordinación con Régimen Penitenciario”.

De acuerdo con la información de Régimen Penitenciario, a marzo de este año, en la cárcel de San Sebastián Mujeres de Cochabamba, había más de 240 personas privadas de libertad.

Entre los delitos por los que están recluidas, se registró 25 por asesinato, 13 por estafa agravada, dos por feminicidio, 11 por homicidio, 12 por infanticidio, 15 por robo agravado, una por secuestro, siete por tentativa de infanticidio, siete por trata y tráfico de personas, dos por violación y cuatro por violencia familiar o doméstica.

Además, una por abandono de menores, dos por apropiación indebida de fondos financieros, dos por asistencia familiar, una por beneficios sociales, una por complicidad de homicidio, una por corrupción de niño, niña o adolescente, una por despojo, cuatro por estafa, una por falsedad material, una por hurto, una por legitimación de ganancias, una por lesiones graves y leves, una por lesiones gravísimas, una por parricidio, dos por proxenetismo, una por robo, cinco por suministro de sustancias controladas, dos por tentativa de homicidio, 96 por tráfico de sustancias controladas, 22 por transporte de sustancias controladas y una por uso indebido de influencias.

Estela, joven de 19 años, cabello largo hasta los hombros, rostro redondo, lleva cinco meses como detenida preventiva en San Sebastián Mujeres por un proceso de trata y tráfico.

“Tengo audiencia. Quiero ver cómo me pueden ayudar”, comenta mientras aguarda su turno para que los jueces que visitan el penal le den audiencia, como parte de las jornadas del Segundo Plan de Descongestionamiento en Cárceles de Cochabamba.

Entre las más de 240 personas privadas de libertad en ese recinto, 13 tienen hijos, por quienes velan diferentes instituciones.

Rocha detalla que además de Régimen Penitenciario y la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, existen organizaciones no gubernamentales que brindan apoyo.

La jefa de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia de la Alcaldía de Cochabamba, Cinthia Prado, asegura que intervienen velando por el bienestar de los pequeños.

“Nosotros debemos verificar, en primera instancia, en qué circunstancia han ingresado al penal y cómo es su estadía. Asimismo, ya hemos comprometido nuevamente el ingreso de la Escuela de la Familia, que brinda herramientas a las señoras que están recluidas para un trato con ternura y una crianza sin violencia”.

En la actualidad, inician un nuevo cronograma de capacitación.

“Nuestra abogada responsable de este penal también va a ingresar para nuevamente verificar la situación de los chicos”, sostiene Prado.

Estela se expresa preocupada cuando se refiere a su hijo. Cuando personal de Régimen Penitenciario o del Tribunal Departamental de Justicia va al penal, ella se acerca; pregunta si pueden escucharle, con la esperanza de salidas positivas ante el proceso que hay en su contra.

Muchas mujeres buscan salir pronto en libertad; otras, al menos apresurar procesos pendientes.

Una mujer con su hijo pequeño en San Sebastián Mujeres, el 14 de agosto./ NOÉ PORTUGAL
Una mujer con su hijo pequeño en San Sebastián Mujeres, el 14 de agosto./ NOÉ PORTUGAL

Si un niño se enferma, la mamá no puede ir con él al hospital

Si un niño que vive en la cárcel se enferma de gravedad, es evacuado a un centro médico; pero, sale sin su madre, y es necesario contactar con su familia ampliada y, en caso de no existir, se acude a otras personas.

En años anteriores, un niño tuvo que ser evacuado del penal de San Sebastián mujeres por una emergencia de salud.

“Gracias a Dios ha apoyado también la familia y se ha podido conllevar toda esa situación”, describe el abogado de Régimen Penitenciario Israel Rocha, considerando, que, en ese caso, la mamá no podría salir y se debe hacer cargo otra persona.

Si los niños presenten cuadros graves de salud, y requieren atención en un hospital, son atendidos. Pero, no es posible que la mamá salga para acompañarlo.

“La madre no puede salir, salvo orden judicial; en esos casos, se contacta bien con la familia o, si no hay familia, con algunas instituciones y se busca el apoyo de la Defensoría de la Niñez”, describe el abogado.

Cuando se presenta una emergencia de este tipo, se comunican también con la Defensoría de la Niñez y Adolescencia.

“Nos llaman de inmediato, y nosotros acudimos”, sostiene la jefa de la dependencia municipal, Cinthia Prado.

La autoridad acota que cuando una mujer ingresa a San Sebastián, ya sea con detención preventiva o con sentencia, y quiere hacerlo con su hijo, la Defensoría realiza la intervención social y psicológica, “para ver la pertinencia o no de esa situación”.

Estela (nombre cambiado), quien está privada de libertad en San Sebastián, describe que su hijo ha sufrido malestares algunas veces; pero, no fue necesario que lo lleven a un centro médico fuera de la cárcel.

“Se enferma, pero trato de que esté bien. Cuando se pone mal, le llevamos a Sanidad; pero, no se enferma mucho. Se le pasa también, le frotó con Mentisan. Le da resfrío nomás, esas cositas”.

Reconoce que estar en el penal, y con un hijo pequeño, es complicado.

“A veces, tengo que hacer lavados ropa de otras personas, de algunas internas, para poderle dar lo que quiera (…). Solo hay una interna, una señora que me apoya harto”.

Cuando los niños empiezan a crecer también requieren apoyo escolar para nivel inicial. Rocha manifiesta que, en ese sentido, existen instituciones como el Centro de Apoyo Integral a la Familia (CAIF), “que es netamente para el apoyo a los niños”. Además, están otras como Tía Shirley y un par de organizaciones no gubernamentales (ONG) más, que brindan ese respaldo.