“Yo creo que tenía la intención de irse al Infierno, pero que el diablo retrocedió ante él, asustado por la ternura que hay en su escándalo”.
De esa forma, José María Barbieri inició su intervención en el último EDECA – es decir, en el “78 Encuentro De Escritores Contra Arlt”.
Yo no sabía si “Arlt” era una manera de escribir o el nombre de un autor…
José María hizo un paréntesis para decirme que no me inquietará, porque era las dos cosas…
Luego planteó que la mayoría de los Novelistas ni siquiera lo habían leído. Que fieles al Género, sólo repetían estereotipos…
Finalmente propuso lo siguiente:
“Arlt fue un malo falso. Pero eso concierne a los beatos. Lo que importa es que es un acreedor de la Psicología, que es una disciplina que aún hoy no tiene recursos para honrar su deuda con él. Además, fue también un filántropo, que imaginó las ejecuciones sumarias y los milagros religiosos que añora la opinión pública en todos los tiempos”.
La silbatina de los ilustres asistentes fue general.
Entonces José María vio en la rechifla una oportunidad para rematar con otro apunte:
“Roberto Arlt es de una desproporción sin antecedentes, que inclusive puede redimir de sus espacios comunes a la Novela… Sobre todo en los momentos insospechados de tristeza psicológica y de ruindad cotidiana que hay en su obra… Quizá su indiscreción para explorar las cavernas del alma humana sólo pueda competir en genio con Dostoievski… Todavía es dueño de una sensibilidad inabarcable, aún para la crítica más fina…”
Luego se repitió la escena de otros foros: José María fue expulsado.
Pero yo quedé fascinado con la posibilidad de conocer a Roberto Arlt. Le dije que podríamos dedicar nuestros próximos diálogos a explorar su legado. José María me contestó: “Bienvenido al mundo paradójico de Arlt”.
#Arlt
Fuente: Roberto Barbery Anaya.