El embajador de la Unión Europea espera que se cumpla con el objetivo legal de las 22.000 hectáreas de cocales distribuidas en el trópico de Cochabamba y Yungas. El Ministro de Gobierno alabó su gestión y anunció la industrialización del alcaloide.
Por primera vez en cinco años la cantidad de coca se redujo. La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) reportó que estos cultivos bajaron un 2% para el periodo de 2022. Los datos, contenidos en el más reciente informe de monitoreo de cocales, fueron presentados ayer y reflejaron que los indicadores aún están por encima del límite legal permitido en la Ley General de la Coca 906, la norma que en 2017 sustituyó la famosa ley 1008.
“Si bien esas son muy buenas noticias, también debemos recordar cual es el objetivo final: Reducir la superficie máxima de cultivos de coca a 22.000 hectáreas, según lo previsto en la ley boliviana. No solo deseamos, sino que esperamos que Bolivia cumpla con los objetivos que se han autoimpuesto en su política nacional”, afirmó ayer el embajador de la Unión Europea (UE), Michael Dóczy, durante la presentación del reporte en la Cancillería.
La UE financia el monitoreo de la coca y apoya al gobierno boliviano en la lucha antidroga con montos de donación que superan los 150 millones de Euros. “Somos el único donante internacional en esta área”, afirmó Dóczy.
Por su lado, el representante de la Unodc en Bolivia, Troels Vester, detalló estos resultados. Precisó que para 2021 la cantidad de superficie cultivada llegó a las 30.500 hectáreas, mientras que el reporte presentado ayer reveló la existencia de 29.900 hectáreas. Vester indicó que en parques como en el Amboró (Santa Cruz) se detectó hasta 29 hectáreas de cocales. También señaló que la reserva natural de Carrasco, en el trópico de Cochabamba, concentra el 45% de la coca hallada en esa zona del país. Si bien a escala nacional la coca reporta una reducción, en el Chapare la tendencia fue del 1% de incremento. Además, el reporte hace notar que la coca creció en áreas protegidas vinculadas con Santa Cruz.
Precisamente, tras una agresiva ola de incendios que se dieron en el departamento, la Policía y el Gobierno admitieron la existencia de estas plantaciones en estas zonas protegidas. Asimismo, la toma ilegal de tierras y la deforestación están asociadas a la producción de coca como parte de la expansión de la frontera agrícola.
De hecho, en el Amboró la cantidad de coca subió un 26% y en Carrasco, un área que limita con el Choré en Santa Cruz, el incremento fue de 18%. El diplomático señaló que la cantidad de coca que se encontró en las reservas naturales representa el 1% de la coca que se cultiva en Bolivia.
Pero el monitoreo realizado en las áreas protegidas afectadas por cultivos de coca también registró un decremento del 4%, principalmente en Apolobamba con un -35% y en las Áreas Naturales de Manejo Integrado Cotapata y Madidi, ambas con un -21%.
La Ley General de la Coca, vigente desde 2017, limitó a 22.000 la cantidad de hectáreas de coca permitida, 14.300 para Yungas y 7.700 para el trópico de Cochabamba. En Bolivia, este producto es empleado para el uso tradicional y ritual, pero existen controles legales para evitar que sea desviada al narcotráfico porque se trata de la materia prima de la cocaína.
El año pasado, el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, presentó una diferente a la Unodc y desconoció las 30.500 hectáreas reportadas entonces. Ayer, la autoridad evitó referirse a ese impasse y destacó los logros de su gestión en el control de plantaciones de coca y la lucha antidroga.
Respecto a la limitación legal de las 22.000 hectáreas —una meta que el país no cumplió desde 2017 cuando entró en vigencia el cuerpo normativo que sustituyó a la 1008— Del Castillo destacó los controles que está desarrollando su despacho y anunció que la empresa estatal Kokabol, que industrializará y comercializará derivados legales de la hoja de coca, entrará en operaciones “antes de fin de año”. Además, subrayó la campaña del país para que este producto sea eliminado de la lista de los estupefacientes que identificó la Convención de Naciones Unidas de 1969. Bolivia está adherida a esta normativa, pero con reserva sobre las hojas de coca, lo que permite, según el vicecanciller Freddy Mamani, enfrentar al narcotráfico sin la eliminación de las hojas de coca.
La Unodc recomendó al gobierno del presidente Arce mantener los controles sobre la expansión de los cultivos excedentarios de coca, dirigidas a alcanzar el límite de 22.000 ha establecidas en la Ley, “respetando la voluntad del productor de hoja de coca”. También recomendó mantener los estudios sobre el rendimiento de cocales, así como los factores que gatillan la transformación de coca a cocaína en el territorio nacional.
En cuanto a la superficie racionalizada o erradicada de cultivos de coca, el Gobierno reportó una extensión de 10.260 hectáreas, cifra que representa un 8% de incremento respecto al 2021. “De la superficie total reportada, la Unodc validó el 11,8 %, a través del acompañamiento a las tareas de erradicación y evaluación de la información georeferenciada”.
Del Castillo destacó la disminución de los cultivos, y aseguró que Bolivia concentra el 8,4% de los cultivos a escala global, por debajo de Perú y Colombia que tienen más del 90%. Además, resaltó que desde noviembre de 2020 hasta la fecha se erradicaron 28.492 hectáreas de cultivos de hoja de coca.
“La misma Unodc, un organismo internacional, certifica nuestro trabajo en la erradicación y racionalización de estos cultivos”, dijo la autoridad nacional.