En memoria de la ilusión

Perturbado por la lectura de un texto de Cioran, resolví conversar con José María Barbieri, un heterónimo consagrado a explorar la vida y la obra del autor de “Ventana a la nada”. Comparto el diálogo introspectivo…

(Yo) Cioran insinúa que la experiencia interior es una “misa fúnebre”…

(José María) Bueno, la idea completa diría así: “La experiencia interior es una misa fúnebre celebrada en memoria de la ilusión”



(Yo) ¿Una especie de “luto”?

(José María) Sí, el luto íntimo que llevamos cuando no tenemos el valor de forjar una personalidad propia…

(Yo) Cuando vivimos enfeudados a la rutina cobarde de los mitos colectivos…

(José María) El mundo es un inmenso reloj donde cada resorte tiene la ilusión de ser un nombre que tiembla…

(Yo) Pero, ¿es posible liberarse del “qué dirán” y ser uno mismo?

(José María) En la convicción Humanista, creo que sí…

(Yo) ¿Qué se entendería por “convicción Humanista”?

(José María) La hipótesis generosa de que en nuestra personalidad hay un margen para la “voluntad”; que es posible imponerse a los condicionamientos internos y externos; que los determinismos genéticos y ambientales no son fatales…

(Yo) ¿Pero eso tiene un “precio social”?

(José María) Claro. Es más fácil ser oveja de rebaño que lobo. Como diría Fernando Savater: “El lobo es un animal feroz, no un asqueroso rumiante gremial como la oveja”

(Yo) ¿El lobo es un “desertor”?

(José María) Sí, un desertor de los espacios comunes…

(Yo) Un desertor condenado a la tristeza…

(José María) A la alegría de vivir su singularidad, única, intransferible…

(Yo) ¿No es peligroso?

(José María) Sí, pero es más fácil domesticar a un pueblo que conquistar a un hombre singular…

(Yo) “No eres los otros y te ves ahora centro del laberinto que tramaron tus pasos”, diría Borges…

(José María) Es preferible tropezar en laberintos propios que perderse en laberintos ajenos…

(Yo) ¿Y si no te entienden?

(José María) Justificarse ante los demás es una pérdida de tiempo: detiene tu evolución singular y no cambia la opinión de rebaño…

(Yo) Pero, ¿y si ni siquiera te leen?

(José María) Entonces volvemos a Borges: “Nada se edifica sobre la piedra, todo sobre la arena, pero nuestro deber es edificar como si fuera piedra la arena”.

Fuente: Roberto Barbery Anaya.