“Lamento boliviano”

Yo vivo en la luna, pero inclusive en mi mundo no es un secreto que el Gobernador electo de Santa Cruz está preso en La Paz…

En ese contexto, ¿qué valor tiene replantear una “nueva relación con el Estado”, si los alpinistas de la “Cumbre” no saben que los cruceños ni siquiera tenemos derecho a ir a la cárcel en Santa Cruz?

Además, ninguna acción concreta; sólo verbos que se pueden conjugar sin el menor compromiso…



Además, novedades que se repiten hace más de treinta años, y que ya son un atentado al sentido del ridículo – ¿Hasta cuándo se va a representar la miserable tragedia gremial que postula que Santa Cruz ya no es una aldea? ¿Hasta cuándo se supone que tenemos el deber de aplaudir esta rara forma de Esclerosis Múltiple Institucional (EMI)?

Si la idea era quedar bien con el gobierno, mejor era no decir nada – ¿Acaso el rubor de cofradía también ignora que estamos ante la peor crisis desde la estabilización macroeconómica en 1985?

La honrosa excepción fue Maggy Talavera, que les dijo a los alpinistas parte de lo que no querían escuchar… La otra parte la dejó, gentilmente, para que la digamos quienes sentimos repugnancia por el pudor corporativo, tan complaciente, y por el nacionalismo de Estado, tan criminal…

En todo caso, si aún queda alguna duda frente a tanta majadería, el turno es de los enanitos verdes: “…soy como un lamento/lamento boliviano/que un día empezó/y no va a terminar/y a nadie hace daño…”

Fuente: Roberto Barbery Anaya.