Una historia de éxito. Se vino de Brasil sin un peso, a sus 19 años. Y emprendió. En pequeñito, con apenas unos pesitos. Y creció. Y también quebró tres veces. Y se levantó las mismas veces.
Después, con Bs 12 mil empezó un restaurante pequeño. Le puso esfuerzo, le dio buenos sabores, lo administró bien y a través de las redes sociales conectó con mucha gente. Fue un cóctel perfecto y hoy ese pequeño restaurante ya no es más pequeño, ha crecido y es un éxito, se llama Lupe Bolos, y está en Equipetrol, en Santa Cruz.
Los emprendedores siempre tienen grandes historias que contar. Filipe genera ahora veinte empleos directos y muchos más indirectos. Y va por más. Con trabajo y generosidad, sin egoísmos.
Da clases, comparte sus recetas y enseña sin guardarse secretos. Está convencido de que el secreto que no se transfiere es la pasión que se pone cada vez que se prepara algo.
Lupe Bolos aspira a ser un pedacito dulce y salado de Brasil en Bolivia, un pedacito real y profundo (más allá de la feijoada y la caipirinha).
Gracias Filipe por compartir tu historia. Que sea inspiradora para los que quieren emprender y les falta un empujoncito. Y para lo que han emprendido y creen que las dificultades que aparecen son una tragedia insalvable.
Siempre se puede, Filipe es el testimonio vivo de que tras la caída viene el triunfo grande y largo.
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Fuente: Pepe Pomacusi Periodista