LAMENTO
BOLIVIANO.
Con el auspicio de:
#wjconsorciojuridico #widenjamesrivero
Ya se habla.
Sea cierto o no, se susurra la posibilidad de que Bolivia juegue sus partidos en El Alto.
Y claro…
Saltan los que defienden la ventaja que da la altura, esperanzados en golear al equipo que se nos ponga delante.
¿Que se busca con esto?
Sacar ventaja, sacar ventaja extra deportiva.
Más ventaja de la que ya existe.
¡Que vergüenza!
Y no faltan los que chillan: «Queremos una selección boliviana sin extranjeros, una selección sin troncos cambas».
Cuento viejo, que se repite en cada derrota.
Pero cuando goleamos a Haití, con los haitianos sacando la lengua en media cancha por falta de oxigeno…
No puej.
Somos lo máximo:
El eterno autoengaño.
Y cuando las cosas no salen bien, y de hecho, nunca salen bien…
Al primero que decapitan es al técnico…
«Fuera el tal»
«Fuera el cual»
«Fuera los troncos»
No saben más.
Y bueno…
La lista de técnicos decapitados ya es enorme, y los resultados siempre son los mismos.
Ni futbolistas oriundos tienen, pero ahí andan chillando y maldiciendo…
¡Fuera el tal!
¡Fuera el cual!
Así crucificaron injustamente a Marcelo Martins. «Ugarte y Ramiro Blacutt son los mejores, ellos fueron campeones sudamericanos, un equipo sin cambas…»
-se atrevió a mencionar alguien en las redes.
Pero…
Hay gente que olvida o no sabe que el año 63’…
Chile no fue invitado al torneo, debido al conflicto con Bolivia. Por el uso del río Lauca.
Chile venía de obtener el tercer lugar en el mundial, un año antes.
Uruguay ni se molestó en venir y se fueron de gira.
Argentina mandó a un equipo B, en desacuerdo por la elección de una de las sedes elegidas.
Brasil, flamante bicampeón mundial, envió al torneo a un equipo B, solo jugadores estaduales. Ecuador envió una selección improvisada y a última hora. En ese equipo vino el goleador del torneo: Carlos Raffo.
O sea…
¿A quienes se les ganó en ese campeonato?
O sea…
El autoengaño eterno, como el autoengaño de sentirse invencibles con la ventaja de la altura.
Pero claro…
La alegría del mediocre siempre será alegría, por muy miserable, desleal o deshonesto que sea el motivo.
¿Y ahora?
Volvimos al autoengaño.
Hasta Venezuela nos supera de lejos, con todo el respeto que se merece la vinotinto.
No se mejoró nada.
Bolivia sigue siendo lo último en el continente futbolero, siempre improvisando, echándole la culpa a alguien de resultados previsibles.
Todo por falta de trabajo serio y científico aplicado al deporte.
Por falta de dirigentes calificados en el tema.
Por falta de profesionalismo de los futbolistas nacionales, esos que no se miden con el alcohol ni la comida…
Ahí estamos…
Ese es nuestro nivel futbolistico, con la complicidad de un periodismo deportivo cómplaciente, más amigo de los dirigentes que del fútbol propiamente dicho.
Ahí estamos, con una hinchada que ni el estadio sede llena, y cuando lo llena, es para ver y aplaudir a las estrellas de otros países, y hasta con murales los reciben.
Y así estamos…
Con el clásico lamento boliviano. Ese lamento que un día empezó y no va terminar…
Un lamento que a nadie hace daño, y solo vergüenzas produce.
El ESCRIBIDOR.
Fuente: Párraga Jose – El ESCRIBIDOR