Bolivia vive hoy dos grandes problemas, una economía en crisis y una democracia enferma.
Los productos de la canasta básica suben constantemente, los importadores están pagando hasta un 70% de comisión por sus compras en dólares en el exterior y las colas por diésel siguen siendo interminables. Por otro lado hay una total falta de credibilidad en la democracia y sus instituciones, no hay confianza en la justicia y la corrupción a todos los niveles está descontrolada. Ante este problema que toca a todos, tenemos que luchar por volver a los valores tradicionales, al respeto a la propiedad privada, la generación de empleo, la producción y el cooperativismo. En resumen tomar los valores del modelo productivo cruceño, con seguridad jurídica, libertad y confianza, adaptado a todas las regiones de Bolivia. Bolivia está enferma de masismo, el remedio es nuestro modelo. Bolivia necesita un cambio.
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