Carlos Alarcón, líder de Comunidad Ciudadana (CC), apareció hoy instando al voto nulo para las elecciones judiciales, como si esta estrategia tuviera la capacidad de detener el proceso o impedir que los candidatos seleccionados asuman sus cargos. Es evidente que no conoce la historia o, peor aún, la ignora deliberadamente. La oposición ha recurrido al voto nulo en el pasado, y los resultados están a la vista: magistrados funcionales al MAS que han perpetuado la crisis de nuestro sistema judicial.
En esta preselección, para la futura elección, tres representantes de CC participaron activamente en el proceso. No puede Alarcón afirmar que no tuvieron voz ni voto. Los vimos involucrados, votando y aprobando listas, es más, comandaron las revisiones y consideraciones de cada candidato, lo que lleva a una pregunta inevitable: ¿Alarcón desconfía de sus propios colegas? ¿Acaso no confía en Andrea Barrientos, quien representó a su partido durante el proceso? O peor aún, ¿carece de respeto por el trabajo que llevaron a cabo sus propios aliados?
Es más, ¿a qué se debe este cambio de postura de Alarcón? Hasta hace poco, era un ferviente defensor de este proceso. Ahora utiliza como excusa la anulación de las elecciones en cinco departamentos, un argumento débil que no justifica su giro. Al contrario, la urgencia de contar con al menos cuatro magistrados no prorrogados para devolver la legalidad al Tribunal Constitucional debería ser motivo suficiente para respaldar el proceso, no para boicotearlo.
Su posición no solo es incongruente, sino que también amenaza con perpetuar el control del MAS sobre el sistema judicial. En lugar de sabotear el proceso, la oposición, guiada por Andrea Barrientos, debería identificar a los candidatos que no responden al oficialismo y unir fuerzas en torno a ellos. De no hacerlo, los masistas terminarán imponiendo a sus serviles nuevamente, con el aval implícito de la postura de Alarcón, y la justicia seguirá siendo un apéndice del poder.
Además, contrariamente a lo que insinúa Alarcón en su clara muestra de desconocimiento del derecho, el proceso judicial con nuevos magistrados en el TSJ podría ser clave para iniciar juicios de responsabilidades contra las autoridades prorrogadas e incluso contra las autoridades actuales del órgano Ejecutivo. Los nuevos magistrados , si fueran realmente independientes, podrían ser el primer paso hacia un cambio significativo.
Afortunadamente nadie escucha a Alarcón y parece ser que ni siquiera dentro de su partido cuenta con respaldo, pues ésta no sería una postura unánime según comentan. Pero qué lamentable es que un parlamentario comande su bancada, con una posición sin sentido ni fundamento, sembrando dudas sobre sus intenciones y dejando entrever un sospechoso sesgo que, intencionado o no, parece favorecer al MAS.
Esperemos que esta absurda postura sea únicamente una opinión personal y no una muestra del rumbo que tomará la oposición. Porque si algo está claro, es que este país necesita estrategias claras y responsables, no vacilaciones que solo perpetúan los errores del pasado
Fuente: Nadia Beller