De mis sitios favoritos. La imagen de Joaquín sonriente atrás, su música sonando toda la noche, esa guitarra y tantos detalles. Un lugar donde le pusieron todas las ganas y todo el buen gusto.
Y la carne, inmejorable. Y el vino, cómplice de una noche diferente. Lejos de la ciudad, de las prisas y de las obsesiones de poder.
Amo Samaipata, me encanta pasar unas horas en Lorenzo, Carnes y Vinos.
Fuente: Pepe Pomacusi Periodista
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