Hermoso. Política con pasión. Vibrante. Emotiva. Inspiradora. Vuelve a sonar el himno del MIR. Jaime Paz vuelve a ponerse la camiseta anaranjada. Y a darle poder a su garganta enronquecida y cargada de historia.
El gallo apunta a convertirse en Ave Fénix.
Resurge, se levanta, se ilusiona y mueve a sus añejas bases, con la pretensión de contagiar su fervor a las nuevas generaciones.
“Por nuestros hijos, ven a combatir, que un mañana, hay que conquistar”.
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El triunfo de Rodrigo Paz en las urnas, su conquista de la presidencia, revitaliza a su padre, el ex presidente Jaime Paz Zamora, un héroe de la democracia.
Jaime Paz, con las marcas de su lucha por la democracia en su rostro y en sus manos, inspira a su hijo, despierta a su militancia y el MIR amenaza con volver a inspirar.
Este himno es de esas épocas en las que la gente tenía convicciones y luchaba por ellas. Ahora las convicciones se han visto forzadas a dejarles su lugar a los intereses y las angurrias.
La política se ha vaciado de contenido y de ideología, de canto y de poesía, y se carga y recarga solo a punta de intereses, básicos, primararios, primitivos.
Que el mirismo nos devuelva a los tiempos de las utopías, de los unicornios, de esos cantos que decían “quién dijo que todo está perdido, yo vengo a ofrecer mi corazón”.
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Fuente: Pepe Pomacusi Periodista
