Ahí está el famoso traje. Con sus estrellas, sus armas cruzadas, su color verde olivo y toda su carga simbólica e histórica.
Tuvieron que pasar 200 años para que un policía ganara en la urnas la vicepresidencia constitucional de Bolivia.
Edmand Lara hará historia mañana.
“En el mundo entero se van a enterar que en Bolivia el pueblo democráticamente eligió vicepresidente a un policía”, dijo un policía de base.
“Para nosotros es una satisfacción, para la Policía es un orgullo, estamos haciendo historia”, dijo otro.
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La Asociación Nacional de Sub oficiales y Sargentos declaró oficialmente su beneplácito por este logro de Edman Lara, al que llamaron “insigne capitán”.
Lara fue barrido de la institución policial por los mandos incómodos con su lucha contra la corrupción de varios miembros de la organización policial.
Lo barrieron por no acatar órdenes indebidas y mal dadas. Le brincaron entre muchos jerarcas policiales, con procesos, con recursos.
Se fueron con todo su poder institucional y todas sus jerarquías contra un policía solo, con un solo pecado: querer limpiar su institución.
A mí no me quedan dudas. Edmand Lara honra más a su institución que los que lo expulsaron de ella.
Y mañana la honrará más, luciendo con orgullo estos colores y estos símbolos, mostrándolos ante los presidentes asistentes, ante el vicecanciller de EEUU, ante representantes de la Unión Europea, ante delegaciones asiáticas y ante los ojos del mundo gracias al trabajo de los
medios de comunicación y gracias a las redes sociales.
Lara mirará su traje esta noche antes de dormirse y quizá crea que está soñando. Pero al despertar lo verá ahí y tal vez tenga que pellizcarse para creer que está despertando para hacer historia.
Ya lo quiero ver a Edman luciéndolo y luciéndose. Y luciendo a su institución.
Fuente: Pepe Pomacusi Periodista