¿Branko le brinca a las tierras? Samuel lanza la alerta. Y se desata una inédita guerra pública entre dos empresarios nacionales.
Y entran gatos y gatas en escena y alacenas.
Samuel sugiere que Branko no puede ser presidente de la Comisión de Tierras del Senado. Porque tiene tierras y conflictos por sus tierras. Le dice que no puede ser juez y parte. Que no se pone al gato a cuidar la alacena. Ni al ratón a vigilar el queso.
Y Branko le brinca. A Samuel. Y le dice que es Samuel el que puso a su gata a cuidar otra alacena. Ya no la de las tierras, sino la alacena del turismo. Branko denuncia que Samuel puso a alguien de su hotel, Los Tajibos, como ministra de Turismo. Y que desde el ministerio va a construir ventajas para su hotel. Y que no confía en que su ratón cuide el queso.
Estoy hablando de Branko y Samuel. Sí, los peleadores callejeros son ahora dos prominentes empresarios. No estoy hablando de los díscolos, audaces y muchas veces histriónicos y hasta malvados ex diputados Héctor Arce y Rolando Cuéllar, que suelen cruzar sus fuegos en las pantallas de los televisores y los celulares del país.
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¿Cómo llegamos a esta inédita y escandalosa guerra mediática de prestigiosos empresarios? El que nos metió y acostumbró a estos polvos y estos lodos fue el gurú de la guerra sucia, traído a Bolivia por la campaña de Tuto: Jaime Durán Barba.
Durante Barba no reparó en meter en sus batallas a hijos ni hijas, avanzó hasta con suegros de candidatos, nada lo detuvo.
La diatriba fue su arma, el ataque su estilo, la crueldad su moneda y la malicia su codicia, de poder.
Y nos ha quedado esa inercia que está haciendo patinar en el barro de la disputa pública (dañina para ambos) a Samuel y a Branko.
Hay gatos arañándose. ¿Hay ratones de fiesta? Va a tocar mirar esas alacenas, vigilar maullidos y controlar roídos.
Está claro que en Bolivia no vamos a querer otro Durán Barba por lo menos en un par de décadas. Deja demasiadas heridas abiertas. Cobra millones por heredarnos malas artes y buenos pleitos. Nos acostumbra a la sangre, el bullicio y la refriega. Y eso no es bueno.
Toca superar ese legado. Samuel y Branko lo tienen que hacer. Todos, también.
Samuel y Branko están en otro nivel. Tienen que debatir a esa altura. Tienen que hacerle un upgrade a sus diferencias.
Fuente: Pepe Pomacusi Periodista
