Oriente no para de sufrir. Los potosinos lo eliminan en Santa Cruz. Quedó fuera de la Copa Bolivia, el torneo por grupos. Y está lejos de los punteros en el torneo todos contra todos.
Oriente cambia de técnicos, de jugadores, de presidentes. Todo cambia y nada cambia.
Tienen una hinchada enorme e increíble, fiel, seguidora, bulliciosa, amante y apasionada. Ese pueblo orientista merece mejores días, más triunfos y más alegrías.
Fuente: Pepe Pomacusi Periodista
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