El mensaje de alerta de la Agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) no puede sonar más fuerte. Israel continúa impidiendo la entrada de agua potable y de alimentos a través del paso de Rafah, y la organización exige su apertura. De lo contrario, advierten, no podrán proteger la dignidad de casi medio millón de personas que se refugian de los bombardeos en las escuelas que la entidad tiene en el sur de la Franja de Gaza.
Fuente: rfi.fr
“Casi no nos queda agua, ni alimentos, ni suministros humanitarios, ni combustible. Todo lo que necesitamos para poder prestar una ayuda humanitaria adecuada ya no lo tenemos porque Gaza está completamente sitada”, explica a RFI la portavoz de la UNRWA, Tamara Alrifai.
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Alrifai asegura que hay conversaciones “al más alto nivel” entre Israel, Egipto, Bruselas y Washington. El objetivo es romper el sitio que ahoga dos millones de personas en Gaza mientras les continúan cayendo bombas desde el cielo.
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El máximo responsable de UNRWA, Philippe Lazzarini, no se muestra optimista con la situación. Anoche, durante su última rueda de prensa, Lazzarini afirmó que “lo que ocurre estos días ante nuestros ojos se asemeja demasiado a la Nakba (el gran éxodo palestino) de 1948”.