El gerente general de Boa, Ronal Casso, aclaró que “no se abrió la puerta del avión cuando pretendía despegar” como se denunció inicialmente, lo que habría ocurrido fue que falló un sensor de una de las puertas de buzón por lo que la aeronave tuvo que abortar el despegue.
El hecho de abortar el despegue, por seguridad, provocó que la aeronave frene de manera inmediata lo que ocasionó que los frenos se calienten.
Tras bajar a los pasajeros de la aeronave se cambio los sensores y se esperó que los frenos se enfríen. El gerente resaltó que lo importante es que se responda inmediatamente ante cualquier alarma.
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Fuente: DTV