Él fabricó un presidente de Bolivia. Me encontré con tremendo personaje: Óscar Eid Franco

Él inventó el triple empate. Y con eso convirtió al tercero en las urnas en Presidente de Bolivia. Y, por su idea del triple empate, Jaime Paz Zamora juró como Presidente Constitucional de la República en 1989, relegando al ganador de las elecciones (Hugo Banzer, quien lo apoyó y le dio sus votos) y al segundo (Gonzalo Sánchez de Lozada, Goni).

Óscar Eid es indispensable para entender la política boliviana de fines del siglo XX. Era el cerebro pensante, el operador político y el leal lugarteniente de Jaime Paz Zamora.

Estaba en todas las negociaciones y en todos los acuerdos. Experto para moverse con sigilo, sin afán de protagonismo.
Lo suyo no era el escaparate, era el detrás de cámaras.



Nunca tuvo un cargo público. Pero decidía quiénes iban a ocupar los cargos públicos.
Lo encontré anoche, en la inauguración de las Green Tower en Santa Cruz. Cómo dice la canción de Piero, “ahora ya camina lento, como perdonando el tiempo”. Debe andar abajito o arribita de los 80 años.
Caminando lento llegó hacia mi (“no quería irme sin hablarte”) y me dio un abrazo y una voz de aliento para continuar con mi trabajo periodístico.

No lo veía en persona desde hace un par de décadas.
Tenemos nuestros teléfonos. De vez en cuando me escribe. Lo he invitado a hacer una entrevista, nunca me acepta: no ha cambiado.

Ve todo, lee todo y está enterado de todo. Y puede animarse a comentar algo, pero siempre lejos de los micrófonos.
Respira política, de la que está alejado de la primera fila desde hace un par de décadas, después de pasar cuatro años preso por los famosos narcovínculos, un escándalo del que al final se liberó.
Me dio gusto verlo. Yo era jefe de redacción de La Razón, el diario más importante de La Paz, durante el apogeo y la caída del MIR, su partido.

Yo hacía la portada de La Razón. Elegía los siete u ocho temas más importantes del día y los ponía en la tapa para informarle al país y para decirle qué era más importante y qué no lo era tanto (apasionante y privilegiado oficio).

En ese rol me tocó poner en tapa el retiro obligado de Jaime Paz de la política, acosado por los narcovínculos.
Y me tocó poner en tapa el retorno de Jaime Paz a la política, la noche en la que, citando a Lope de Vega dijo: “los muertos que vos matáis, gozan de buena salud, he vuelto”. Pateaba el tablero de la política, el gallo resucitaba.

Oscar Eid estaba detrás de todo eso, manejando los hijos del retiro y del retorno desde el detrás de escena.
Por eso es un personaje imprescindible para entender la política del país de ese tiempo.

Anoche me encontré con un animal político, uno que respira y suda política. Y que ha sabido mantenerse callado durante las últimas dos décadas.

Por eso fue bueno verlo y escucharlo un poco. Ya me quedé tentado para seguir insistiéndole para que me dé una entrevista.
Es un personaje sabroso. Me dio gusto verlo. Espero tener un gusto mayor: entrevistarlo.
Es bueno salir de casa, uno se encuentra con gente. Y la vida es es: el contacto humano.

Fuente: Pepe Pomacusi periodista