Arce y Choquehuanca siguen con la mirada en el retrovisor. Obsesionados por el pasado, sus discursos no inspiran a los bolivianos a encontrar un rumbo unitario, que los aleje de la crisis y les devuelva la prosperidad.
Arce y Choquehuanca siguen con la mirada en el retrovisor. Obsesionados por el pasado, sus discursos no inspiran a los bolivianos a encontrar un rumbo unitario, que los aleje de la crisis y les devuelva la prosperidad.