En este momento el país vive dos realidades.
Por un lado, está la realidad que viven los hogares. La realidad de la gente que siente la crisis, que hace interminables colas por diésel, que sufre la subida de los precios y que carga las malas noticias de la economía cada día. Por otro lado está la realidad de Arce, de Evo y de los líderes masistas.
Esa es la realidad de los palacios, la realidad de los vuelos privados, la realidad del despilfarro y la corrupción; una realidad que ahora se dedica a la pelea y a la politiquería interna, y que vive totalmente de espaldas ante los problemas de la gente. Evo y Arce enfermaron la economía y la democracia en Bolivia.
El deber histórico de la oposición es dar voz a la Bolivia de los hogares que hoy sufren la crisis. Debemos dar voz a los que sufren y debemos unificar esa voz, para ir juntos y entre todos los bolivianos, hacia un país nuevo y próspero, hacia un país inspirado en los valores del modelo productivo cruceño, inspirado en la democracia, e inspirado en el trabajo y las oportunidades para todos. Bolivia necesita un cambio y esa es nuestra misión.
