El rito de sangre de los evistas para la impunidad y el poder

En los últimos años, el Movimiento al Socialismo (MAS) radical, ha mostrado una serie de comportamientos y estrategias que pueden relacionarse con los elementos clásicos del fascismo que Umberto Eco describió en su análisis sobre este fenómeno. Este paralelismo se manifiesta de manera preocupante en Bolivia, donde el MAS , bajo la dirección de Evo Morales y sus aliados, ha utilizado diversas tácticas autoritarias y de manipulación para perpetuar su control sobre el país, llevando a Bolivia hacia una crisis social y económica con el fin último de asegurar la impunidad de Morales y su retorno a la presidencia en 2025:

-Uno de los elementos más evidentes es el CULTO A LA TRADICIÓN: El MAS ha construido una retórica ancestral basada en la supremacía indígena, encarnada en la figura de Evo Morales. Se ha apropiado de la cosmovisión indígena para legitimar su liderazgo, presentando a Morales como el «hombre del pueblo», un líder que representa los valores originarios y ancestrales de Bolivia. Esta exaltación de lo indígena ha permitido al MAS reivindicar una especie de pureza moral y cultural, sobre la cual fundamenta su poder.

-Esta retórica se complementa con una ideología basada en SANGRE Y TIERRA: que promueve una conexión casi mística entre la tierra y el pueblo indígena. Este enfoque vincula a los seguidores del MAS con un destino colectivo, donde la tierra y la sangre se convierten en símbolos de resistencia y lucha. Bajo este marco ideológico, las movilizaciones, bloqueos y sacrificios se ven como actos heroicos en defensa de la patria, donde incluso la muerte es justificada si sirve para preservar el proyecto político del MAS.



-Otro aspecto central es el CULTO A LA ACCIÓN POR LA ACCIÓN: Para el MAS, la reflexión y el pensamiento crítico son vistos como una forma de debilidad. Se imponen directrices a sus bases, donde se les prohíbe cuestionar o criticar las decisiones del liderazgo. El «pensar» es un acto de traición, y las bases que se nieguen a seguir las órdenes de bloquear o movilizarse enfrentan sanciones. Esto refuerza la idea de que la acción, sin importar sus consecuencias, es superior a la deliberación. La violencia y los bloqueos se convierten en herramientas de presión política, legitimadas por el propio partido.

-En línea con esto, el MAS demuestra un DESPRECIO POR EL PENSAMIENTO CRÍTICO: Mientras que en cualquier sociedad democrática, el desacuerdo y el debate son mecanismos esenciales para el progreso, en el MAS, el desacuerdo es visto como una traición. Cualquier crítica interna o externa es rápidamente suprimida, y las voces disidentes dentro del partido son eliminadas o acalladas. La lealtad ciega al líder es la norma, lo que impide cualquier forma de debate constructivo.

-EL MIEDO A LA DIVERSIDAD: también es un rasgo distintivo del MAS. Este movimiento político ha exacerbado el temor a lo diferente, etiquetando a ciertos grupos como enemigos del pueblo. Los ataques contra los cruceños, empresarios y bolivianos de origen croata son ejemplos claros de cómo el MAS utiliza el miedo a lo «ajeno» para fortalecer su cohesión interna. Cualquier grupo que no se alinee con su visión es demonizado y presentado como una amenaza para el proyecto político del MAS. El primer llamamiento de un grupo fascista o prematuramente fascista es contra los intrusos.

-TODOS SON HÉROES ES POTENCIA: Una característica notoria del MAS es su capacidad para crear una narrativa heroica en torno a sus acciones. Según Umberto Eco, en los movimientos fascistas TODOS SON HÉROES EN POTENCIA, y en el caso del MAS, esto se ve reflejado en el culto a la muerte. Los seguidores son alentados a creer que el sacrificio, incluida la muerte, es necesario para mantener vivo el proyecto político. Esto fue evidente en eventos como los de Senkata y Sacaba, donde las vidas perdidas fueron justificadas como parte de una lucha para “recuperar la democracia”. Recientemente, Juan Ramón Quintana, exministro y aliado cercano de Morales, declaró que “el rito del bloqueo se alimenta de la sangre y termina siendo la defunción del poder”, reafirmando que para el MAS, la muerte de sus seguidores es una herramienta política y es el instrumento que han elegido para derrocar al gobierno Arcista.

-MACHISMO Y ARMAS: El fascista transfiere su voluntad de poder a cuestiones sexuales, que implican desde desdén hacia las mujeres hasta una serie de costumbres sexuales no conformistas, como la pedofilia o la homosexualidad. Este culto al heroísmo que tienen también está vinculado a un MACHISMO INHERENTE y una relación simbólica con las armas. El fascismo, y en este caso el MAS Evista, refuerza estereotipos machistas del líder/cacique que puede disponer de las jovencitas de las comunidades del movimiento indígena campesino, promoviendo un desdén hacia las mujeres y una obsesión con el control sexual. Este comportamiento se refleja en las acusaciones de abuso sexual que pesan sobre Evo Morales, que el MAS busca enterrar mediante sus movilizaciones y bloqueos. La violencia se normaliza, no solo como una forma de ejercer poder, sino como un medio para consolidar su abuso sobre la sociedad.

-El MAS Evista también se alimenta de un POPULISMO SELECTIVO: donde se presenta como el único intérprete legítimo de la voluntad del pueblo. Para el MAS, los individuos no tienen derechos en sí mismos, solo el colectivo es importante, y ese colectivo sólo vale y es pueblo si es afín a Evo Morales. Así, el discurso manipulador que manejan sostiene que las movilizaciones y bloqueos no solo buscan proteger a Morales de las acusaciones de estupro y tráfico, sino también garantizar el abastecimiento de diésel, dólares y alimentos, creando una falsa equivalencia entre las necesidades del pueblo y la protección del líder. Idéntico a los fascismos donde los individuos en cuanto a individuos no tienen derechos y el pueblo se entiende como una entidad monolítica que expresa la voluntad común de la que sólo el líder es el intérprete.

-APELAN A LA FRUSTRACIÓN SOCIAL O INDIVIDUAL: Otro elemento crucial es cómo el MAS apela a la frustración social. Aprovechando las crisis económicas y la falta de oportunidades, el MAS ha manipulado a sectores frustrados de la sociedad, ofreciéndoles una narrativa de lucha contra el enemigo externo e interno. Esto genera una movilización constante de las masas, que creen estar combatiendo por una causa justa cuando en realidad están siendo instrumentalizadas para fines políticos.

-El COMPLOT PERMANENTE, LA OBSESIÓN POR EL COMPLOT: es otro aspecto esencial del discurso del MAS Evista. Los líderes del movimiento siempre están alertando sobre enemigos que conspiran contra ellos, desde el «imperialismo» hasta supuestos complots internos como el “Plan Negro” para eliminar a Evo Morales. Este constante estado de alerta mantiene a los seguidores en una mentalidad de asedio, reforzando su lealtad al líder.

-Esta narrativa de complot se complementa con la idea de que EL ENEMIGO ES A LA VEZ DÉBIL Y FIERTR: En la retórica del MAS, el presidente Luis Arce es presentado como un enemigo interno poderoso y abusivo, que controla todos los resortes del poder, pero al mismo tiempo, los Evistas afirman que puede derrotarlo con facilidad, lo que crea una contradicción que alimenta la movilización.
-EL PACIFISMO ES TRANSAR CON EL ENEMIGO: Para las tendencias fascistas no hay lucha por la vida, sino más bien vida por la lucha. El pacifismo es entonces complicidad con el enemigo y es malo porque la vida es una guerra permanente.
Por eso para el Evismo es inconcebible acudir a una reunión de diálogo con el gobierno de Arce, por eso los Evistas rechazaron las reuniones de pacificación entre los movimientos sociales y Jeanine Añez.

-Finalmente, el MAS muestra un claro DESPRECIO POR EL DÉBIL: A pesar de su discurso de inclusión y defensa de los oprimidos, en la práctica, el MAS mantiene una jerarquía de poder elitista, donde los seguidores son vistos como instrumentos al servicio del líder. Morales, consciente de que su poder hoy por hoy no se sostiene por un mandato democrático, sino por la fuerza, utiliza a las masas para mantener su dominio, mientras desprecia a aquellos que no tienen poder. Esta jerarquía crea una dinámica de sumisión, donde las bases se sacrifican sin cuestionar las órdenes de sus superiores. Hoy por hoy el poder de Morales se sostiene sobre la necesidad de sus bases de tener un dominador.

El elitismo es un aspecto típico de toda ideología reaccionaria, en el curso de la historia todos los elitismos aristocráticos y militaristas han implicado el desprecio por los débiles. Los fascistas no pueden evitar predicar un elitismo popular, donde cada ciudadano que los sigue pertenece al mejor pueblo o nación. Para el Masismo todos los miembros del partido u organizaciones sociales son los mejores ciudadanos, pero puesto que la el partido o instrumento está organizado jerárquicamente como un modelo militar, todo líder subordinado desprecia a sus subalternos, y cada uno de ellos desprecia a sus inferiores, por eso sin ningún reparo los lanzan a los riesgos y el peligro hasta de muerte “en nombre de sus reivindicaciones”

En conclusión, el MAS ha adoptado múltiples características del fascismo para consolidar su poder en Bolivia. A través del culto a la tradición, la manipulación de las frustraciones sociales, el uso del miedo y la violencia, y el desprecio por el pensamiento crítico y la diversidad, el MAS ha logrado mantener una narrativa de lucha constante, que le permite seguir controlando las dinámicas políticas y sociales del país. Su objetivo final es garantizar la impunidad de Evo Morales y asegurar su candidatura presidencial en 2025, a costa de una crisis social y económica que amenaza con destruir los fundamentos democráticos de Bolivia.

Fuente: Nadia Beller