Qué les pregunte cómo le hacen a los Bedoya, a los Doria Medina, a los Monasterio, a los Kuljis, a los Saavedra, a los León, a los Zuazo, a los Novillo, a los Roda, a los Schamissedine, a los Paz, a los Anglarill, a los Gutiérrez, a los Daher, a los Chávez.
Que les pregunte a decenas de empresarios y emprendedores alteños. A los industriales del azúcar, a los soyeros, a los transportistas, a los constructores, a los comerciantes.
O que se ponga de pie y los aplauda. Ellos sí invierten en Bolivia, ellos sí generan empleos y ellos pagan millones en impuestos en su patria.
Ellos sí enfrentan riesgos acá, lidian con nuestras dificultades y muestran menos ambiciones que Claure de querer controlarlo todo: los negocios, las elecciones, la política, las redes y los medios.
A ellos nunca los vi posar con una bandera de Bolivia sobre los hombros. A ellos sí los he visto ponerles el hombro a Bolivia.
Reza el refrán: “No creas en lo que digo, cree en lo que hago”.
Y otro: “Más vale un ejemplo que mil consejos”.
Claure está en las palabras. Los otros llevan años haciendo, poniendo y sudándola.
Fuente: Pepe Pomacusi Periodista