“No traje mi currículum pero deme una computadora”. Así conocí a Juanito, hace 27 años.

Yo dirigía la creación de un nuevo diario y esa tarde debía recibir a postulantes a diseñadores. La convocatoria decía presentarse con una copia de su currículum vitae y atender una entrevista de selección de postulantes.

Ya había recibido ya una quincena de currículums y había entrevistado a esa quincena de postulantes. Y aparece Juanito delante de mí escritorio. Lo invito a sentarse y le pido la copia de su currículum. “No tengo, pero deme una computadora”, me dice.

“Mirá, lo siento, la convocatoria es clara, debes presentar copia de tu currículum, primer requisito”, le digo.



“Deme una computadora y le voy a mostrar lo que sé”, me dijo.

Yo empezaba a impacientarme. Ya quería irme a mi casa. “Deme una computadora”, insistía Juanito.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

Así estuvimos un rato, hasta que me entró la curiosidad por su determinación de querer mostrar lo que sabía en una computadora.

Y le dí una Mac y me paré detrás de él a ver qué hacía. Y hacía de todo y bien. “Contratado”, le dije.

Trabajamos dos años en El Nuevo Día. Después me fui a la televisión, a Unitel, y allá me quedé ocho años y medio como director nacional de noticias.

Hasta que decidí renunciar a mi buen sueldo y a mi buena posición para dejar de depender de un salario y comenzar mi etapa de emprendedor en medios de comunicación.

Dos meses me dediqué a viajar, a descansar y a pensar. “Voy a hacer una revista”, dije después. Y lo llamé a Juanito.

Hace 17 años estábamos Juanito y yo en el living de mi casa de Ciudad Jardín comenzando la historia de Poder y Placer. Sin oficina, sin experiencia empresarial, sin nombre, sin empresa, solo con ganas de hacer periodismo y crear productos periodísticos.

Hace 17 años que trabaja conmigo en Poder y Placer. Nos amanecimos juntos muchas veces cerrando ediciones. Él tenía su colchón en su oficina y yo el mío en mi oficina. Cuando ya no dábamos más, dormíamos un par de horas y después seguíamos hasta tener la revista lista para entrar a imprenta.

En esos 17 años vimos nacer y morir varias revistas. Todas nacían diciendo que iban a ser las mejores y nos lanzaban algunas indirectas, como amenazando nuestra existencia. Con Juanito nos reíamos y nos desafiábamos a adivinar en cuánto tiempo iban a cerrarse esas revistas. Y se iban cerrando y desapareciendo.

No nos alegrábamos por eso. Pero esos cierres nos inyectaban el desafío de no sumarnos a esa lista de revistas cerradas.

Nos esforzamos mucho, nos enojamos varias veces, nos alegramos otras, ganamos muchos premios, los festejamos todos, nos conocemos casi de memoria.

El miércoles Juanito era uno de mis invitados de honor en mi fiesta de cumpleaños. Lo invito siempre, le tengo gratitud, aprecio, respeto. Tenerlo cerca de mi familia en mis festejos me recuerda que las cosas no han sido fáciles pero han sido buenas

Y además, aunque suele ser tímido en el día a día, después de “saludarnos” varias veces en las fiestas, es un enorme y variado bailarín.

Juanito me recuerda que Dios ha sido bueno conmigo, que me ha puesto gente buena en mi camino y en mis equipos de trabajo.

Después de crear Poder y Placer vinieron No Mentirás en televisión. Y en radio vinieron Fama, Poder y Ganas y Poder, Medios y Miedos.

Y Juanito siempre estuvo ahí, ayudando en la línea gráfica de esos productos. Hoy mismo ha acabado mi primer arte como Pepe Pomacusi Periodista. Le salió fantástico. Juanito es un capo.

Pasaron 17 años, no paramos.

¡Salud por eso, Juanito!

Fuente: Pepe Pomacusi Periodista