Poco a poco nos vamos a convertir en una sociedad de espías del “régimen gobernante”

LEY 1390, LA LEY QUE ME PERMITE VENDER A MI HERMANO

🛑 Opinión
José Antonio Salas Mercado, Investigador
Para El Deber

Dentro del paquete de leyes que el gobierno de Luis Arce aprobó, está la Ley 1390 de la “lucha contra la corrupción” donde uno de sus artículos contempla: “que los delatores en casos de corrupción sean premiados con la extinción del proceso en su contra a cambio de brindar información introduciendo la figura del denominado COLABORADOR EFICAZ”.



Este artículo tiene connotaciones que van más allá de la lucha contra la corrupción:

No evita la corrupción.

Puedo ser corrupto, pero si me pillan mejor delato a otro que también es corrupto, así se extingue el proceso legal en mi contra y no pasa nada pues soy un “colaborador eficaz”. Por lo tanto, esta ley no evita la corrupción y más bien da alternativas para que todos puedan librarse del castigo incurriendo a este cáncer social.

Promueve un control social.

, donde no importa el bien común, sino la aplicación de la ley, el “proceso de cambio”.

No peco mientras delate a otro pecador.

Los valores y la solidaridad van a ser suplantados por el oportunismo y el miedo; disminuyendo así la confianza y resquebrajando la esperanza y la fe de los bolivianos.

Cuando era niño, había una “leyenda urbana” que decía que en Cuba el 50% de los cubanos eran espías del partido comunista (partido del gobierno). Yo pensaba que eso era imposible, pues ¿cómo se iba a pagar a tantos espías?. Años más tarde (1993), salió la película cubana, española, mexicana “Fresa y Chocolate” y allí me di cuenta que lo de los espías de Cuba, no era un mito.

La película relata el drama de un “homosexual creyente” (Diego) y su relación amistosa, aunque al principio nació de una atracción sexual, con David, un estudiante universitario declarado “materialista dialéctico” (orientación marxista revolucionaria del partido gobernante). Las charlas y experiencias de estos personajes van describiendo la sociedad cubana de los años 70 donde todas las personas eran responsables de velar por “la revolución” y delatar a quien tenga actitudes o tendencias contra revolucionarias como la fe y la homosexualidad de Diego. Al final, este desdichado rebelde “antirrevolucionario” por ser quien es, es obligado a salir del país, lo que amarga a David que se siente frustrado por lo injusto del régimen.

Después de ver esta película me di cuenta que de alguna manera “legal”, en Cuba se ha logrado un adoctrinamiento y control que da poder al gobierno y debilita y divide al pueblo. La ley 1390 en Bolivia junto a otras medidas acabarán volviendo a nuestro país en un lugar donde es válido vender a tu hermano para sobrevivir tú como sucedió en esa isla caribeña.

Yo creo en Dios y creo en la inspiración del Espíritu Santo que permitió a los evangelistas escribir la Santa Biblia. Por eso sé que es cierto el episodio del “Génesis” cuando los hermanos de José lo venden a unos mercaderes medianitas para conservar el poder de su tribu, pues su padre, Jacob, le tenía especial preferencia y lo más probable es que le cediera el mando a este desdichado hijo.

Todo el “paquete de leyes” que aprobó el gobierno de Arce es una receta extranjera para controlarnos, debilitarnos, empobrecernos y así aumentar ellos su poder; pero la ley 1390 es la peor porque nos denigra y nos quita la posibilidad de vivir en el reino de Dios donde él es nuestro padre y todos somos hermanos y nos amamos en esta vida terrena que nos dio.

También creo que los errores se pueden cometer y que siempre hay opción de recapacitar; la grandeza de las personas está en reconocer cuando uno se equivoca, por eso el gobierno todavía está a tiempo de darse cuenta que este tipo de leyes no es el camino para llevar al desarrollo a nuestro país.

Al final, todos tendremos que rendir cuentas y cargaremos nuestra cruz; pero siempre podemos alivianarla, podemos cambiar, podemos hacer de este mundo un lugar mejor

Fuente: Ayyy Don Este