Recuerdo que me temblaba la voz. Recuerdo que quería preguntar y no me animaba a hacerlo. Recuerdo mi primera credencial como periodista acreditado para cubrir información del Palacio Quemado y mi emoción por entrar a ese lugar cargado de historia y revestido de tanto poder.
Recuerdo cuando escribía en esas pequeñas computadoras Mac y en lugar de apretar “save” apretaba “delete” y borraba el artículo que acababa de escribir. ¡Me quería morir!
Recuerdo la vieja mesita que usaba como escritorio cuando estudiaba en la Universidad Católica. Recuerdo mi ropero de plástico al lado de esa mesita. Recuerdo mis sueños, mis temores y mis ganas.
Hoy todos esos recuerdos vienen a mi. Premios Maya me acaba de comunicar que me darán un Maya Bicentenario en reconocimiento a mi trayectoria dentro del periodismo.
Este premio hurga mi memoria y me sensibiliza. Justo hoy mi padre estuviera cumpliendo años. Mi madre los hubiera cumplido hace dos días, el 29 de junio. En mi casa era así, serenata, cumpleaños, otra serenata y otro cumpleaños, años tras año. Somos una familia que festeja y recuerda las fechas, los afectos y los logros.
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Hoy mis padres no estarán para festejar este premio que corona tantas jornadas de estudio, de trabajo, de crecimiento.
Este premio es para ellos. Ellos sembraron en mi. Hoy Premios Maya reconoce los frutos.
He pasado por diarios, revistas, canales de televisión, radios y ahora transito también por redes sociales. Mi vida no se entiende sin el periodismo. El periodismo me dio amor, familia, hijos, amigos, viajes, experiencias y es mi vida.
¡Gracias Premios Maya! ¡Gracias a mi familia, siempre presente, en cada momento, en los emocionantes y en los desafiantes. Gracias a mi pueblo Montero, a mi Escuela Salesiana Muyurina, a mi Universidad Católica y a cada seguidor que me ha leído, me ha escuchado, me ha visto, me ha criticado, me ha aplaudido y me ha valorado.
¡Hoy ganamos todos!
Fuente: Pepe Pomacusi Periodista