Mal ciudadano, mal político y mal borracho.

Vomitó el truffi, los gasificó durante 50 kilómetros a los demás pasajeros. Y no sabía ni hacia dónde iba.

Había bebido como le encanta: frías y gratis. Hasta que se oasó, se puso catarro y lo botaron.

Él quería que lo voten. Y lo botaron.



Fuente: Pepe Pomacusi Periodista

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