Vomitó el truffi, los gasificó durante 50 kilómetros a los demás pasajeros. Y no sabía ni hacia dónde iba.
Había bebido como le encanta: frías y gratis. Hasta que se oasó, se puso catarro y lo botaron.
Él quería que lo voten. Y lo botaron.
Fuente: Pepe Pomacusi Periodista
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas